César según los creadores de Astérix
Julio César era un mujeriego empedernido y muy aficionado a las mujeres casadas a las
que seducía sin “cesar”.
Ello le valió la mofa y el escarnio de sus propios soldados, quienes tras la victoria en la
guerra de las Galias, decían:
“Ciudadanos romanos, esconded bien a vuestras esposas,
porque aquí traemos al adúltero calvo.”
En efecto, Julio César era calvo y ocultaba su calvicie con la corona de laurel que
siempre ceñía.
Era un defecto que le acomplejaba bastante.
Tanto es así que, según cuenta una leyenda, cuando logró capturar al
jefe galo Vercingétorix, quien lucía una espléndida cabellera, se la hizo cortar para
hacerse con ella una peluca.
Julio César pasará en consecuencia a la historia, entre otras cosas, por ser el autor de una obra donde reflejaba algunos pormenores de su campaña contra los galos, pura promoción del procónsul en su carrera política, una obra que los alumnos tuvimos que traducir del latín en el antiguo Bachillerato de Letras, La guerra de las Galias, "De Bello Gallico", mucho más sencilla para los estudiantes que los discursos del rebuscado de Cicerón, lo cual siempre era de agradecer.