Mientras el técnico de Casilda está decidido a continuar al frente de la Albiceleste, Tapia quiere que se vaya, en una pelea que se decide en Buenos Aires.
¿Qué ocurrirá con la selección argentina a partir de ahora? Cuando todavía algunos jugadores permanecen en Bronnitsy y el Mundial sigue su marcha, la dirigencia de la AFA ya comenzó a estudiar cómo deshacerse de Jorge Sampaoli, lo cual implica romper un contrato que se extiende hasta 2022.
El día que presentó al técnico de Casilda, Claudio Chiqui Tapia, sacó pecho para anunciar que aquel seguiría en su cargo pasara lo que pasase en Rusia, porque la idea era recomponer las bases y armar un proyecto a largo plazo que incluyera todas las categorías de los equipos nacionales. Muy pocos le creyeron. La mayoría tenía razón. La eliminación en octavos de final, pero fundamentalmente el fracaso en el juego que mostró Argentina durante sus cuatro partidos en estas tierras y los enormes déficits de gestión del grupo exhibidos por Sampaoli sentenciaron su continuidad al frente de la selección. Aunque por ahora, el propio protagonista no quiera aceptarlo. Con la Copa América a disputar en Brasil el año que viene como objetivo más cercano, los directivos de AFA entienden que resulta más saludable para el ánimo general –público, prensa, pero también jugadores- asumir el riesgo de empezar un nuevo proceso desde cero con otro técnico que mantener por más tiempo al discutido Sampaoli.
El tema es que el entrenador santafesino quiere seguir. Desde su óptica, la experiencia acumulada le será útil para trabajar con menos urgencias de las que tuvo que torear durante su mandato (4 “finales” para lograr la clasificación y poco tiempo real de entrenamientos antes de llegar al Mundial) y se ve con fuerzas suficientes para iniciar el nuevo ciclo hasta Qatar 2022. Tapia no piensa igual. Mañana presidente y técnico abordarán juntos el avión para regresar a Buenos Aires. Lo harán junto a los sparrings, todo el personal de apoyo y Marcos Acuña, que se bajará en la escala en Lisboa. Será una vez allá cuando se reúnan para resolver la situación.
El contrato de Sampaoli incluye una cláusula que impone una indemnización de 11 millones de dólares para cualquiera de las partes que pretenda romperlo antes de su finalización. La AFA ni cuenta con ese dinero ni está dispuesta a abonar semejante cifra. El técnico pretende, lógicamente, que se cumpla lo pactado. Todo hace pensar que se avecina un conflicto. Sampaoli sabe que está solo en este combate. No tiene aliados en ningún campo, más allá de sus deseos y de los papeles firmados. Ni siquiera estará Sebastián Beccacece para acompañarlo, ya que no seguirán trabajando juntos. Su posición es de extrema debilidad. ¿Qué puede pasar entonces? Si el técnico se niega a aceptar el cese por menos dinero del que le corresponde habrá un bloqueo.
AFA necesita cesar al técnico para contratar a otro y hará lo que necesite para que el hombre que iba a llegar hasta Qatar abandone el barco. El asunto puede acabar en Tribunales, pero antes tendrá que encontrarse una solución. Quizás a 11.000 metros de altura mañana tenga lugar el primer round. Sampaoli está al borde del nocaut. Solo basta saber en qué momento vuela la toalla.
Fuente: As
Recopilación por Martin Eraso
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