Las baterías sólidas desarrolladas por el MIT y Samsung podrían solucionar el riesgo de explosiones e incrementar el ciclo de recargas de forma ilimitada. Foto: Reuters
Una investigación liderada por el MIT y Samsung aspira a transformar la forma de fabricar las fuentes de energía en estado sólido para crear modelos más seguros y duraderos
Las baterías están presentes en todo tipo de dispositivos electrónicos, y también lograron meterse dentro de los vehículos eléctricos. Y cuentan con una buena autonomía, pero que no siempre va de la mano con la creciente exigencia de los consumidores, que buscan un smartphone con una carga que les permita un uso ininterrumpido más allá de las 12 horas.
Sin embargo, su vida útil está limitada a la cantidad de veces que deben recargarse (los ciclos de carga), algo que los investigadores del MIT y Samsung planean cambiar con un nuevo modelo al modificar uno de los componentes clave de las baterías, los electrolitos, que pasarían de estado líquido a sólido para incrementar el número de cargas de forma ilimitada.
La mayoría de los modelos de baterías recargables emplean electrolitos líquidos, y en algunos casos tienen la desventaja de levantar temperatura o de provocar alguna explosión. En cambio, estas baterías sólidas podrán incrementar la densidad de carga (entre un 20 y un 30 por ciento más) en el mismo espacio y evitar su degradación con ciclos de recarga casi ilimitados. A su vez, serán mucho más seguras, ya que no explotarán ni se prenderán fuego aún cuando se abran por golpes o accidentes.
"Podrías tirarlas contra una pared o intentar clavarles un cuchillo y no pasará nada, porque no hay nada que se pueda quemar", dijo Gerbrand Ceder, uno de los investigadores del MIT. "Con el estado sólido de la batería casi no hay una degradación en sus prestaciones, y podrían durar cientos de miles de recarga", agregó el especialista.
Fuente: La Nación