Entre las series animadas de inicios de los 2000 que podían ser disfrutadas por los niños y los adultos, Samurai Jack, ocupa un lugar especial para mi, pues se trata de una de las aventuras más entretenidas y épicas de este nuevo siglo, además de ser un increíble híbrido de diversos géneros ensamblado con una estética minimalista que, sin embargo, dotaba de gran personalidad a sus personajes.
El tiempo suele ser el juez que pone en su lugar a algunos clásicos que en su tiempo no fueron valorados como se merecían, y en el caso de Samurai Jack se convirtió en una serie de culto de la que muchos esperaban ver algún día su final, pues fue cancelada su producción tras terminar la cuarta temporada en 2004.
Samurai Jack es la historia del pequeño heredero del emperador de Japón, que ve morir a su familia y a su pueblo a manos del malvado demonio Aku (palabra japonesa para referirse al mal), el cual sólo puede ser vencido con una katana que le da su padre.
Pero para enfrentarse contra el mal supremo no bastaría con un arma mágica, y por eso es llevado a entrenar por todo el mundo; aprende las técnicas de combate de una tribu africana, de egipcios, griegos, rusos, mongoles, vikingos y la arquearía la aprende del mismo Robin Hood.
Todo esto parece suficiente para acabar con Aku, pero cuando el héroe está a punto de asestar el golpe final, el villano usa sus últimas fuerzas para deshacerse de él enviándolo al futuro, un mundo distópico completamente diferente al que conoció el samurái.
En Samurai Jack, Tartakovsky vertió su pasión por la acción, los samurais, la ciencia ficción, la fantasía, y dotó los fotogramas de cada capítulo con una calidad cinematográfica de la que no cualquier caricatura puede presumir. El espectador puede deleitarse con los numerosos escenarios excelentemente diseñados. Prácticamente cada fondo es una gran ilustración en sí misma.
Con unas cuantas líneas rectas y curvas los personajes son dibujados y adquieren vida sin problema alguno, y Tartakovsky demuestra en este caso que menos es más. La acción por montones es igual que el estilo de dibujo y se complementan perfectamente.
Los fans de casi cualquier género de cómic podrán encontrar en Samurai Jack razones para disfrutar de sus episodios tanto o más que yo...