Revista Opinión

SAN ANTONIO GAUDÍ. Hoy, hace 20 años. 27 de junio de 2002

Publicado el 27 junio 2022 por Cronicasbarbaras

Se dice que el “olor de santidad” es el floral que emana de los cadáveres de algunos santos, pero también el de los futuros santos, especialmente los anacoretas, que al desdeñar su higiene corporal no tienen quien se les acerque para tentarlos.

Antoni Gaudí, el arquitecto que nació hace ahora 150 años, y murió atropellado por un tranvía en 1926, tuvo una vida tan virtuosa que en Barcelona quieren subirlo al santoral; pero su ejemplaridad se debió, seguramente, a su santo hedor.

Esta realidad no le gustará a los hagiógrafos del constructor de la Sagrada Familia, para quienes era santo porque sí, sin darse cuenta de que las ayudas olfativas allanan el camino:

El por qué Gaudí, seguramente, murió virgen y cargado de virtudes heroicas santificables, lo reveló recientemente el historiador catalán Josep M. Carandell, quien descubrió que el arquitecto perdió su ocasión de matrimoniar por tener, entre otras castidades, las uñas permanentemente sucias.

Santa suciedad: estaba enamorado de María Dolores Canals Tarrats; trató de casarse con ella en 1898, pero ésta lo rechazó por causa de aquellas roñas, y sin duda otras adheridas a su cuerpo.

El santoral está lleno de personajes así: San Carénulo el Estilita, que vivió medio siglo sobre una columna en un monte de Soria, deseaba pecar con mujer, pero nunca logró hacerlo porque las candidatas huían de su olor de santidad, que llegaba a unos cinco kilómetros a la redonda.


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