Respuesta: Como sabrá, la conversión es un proceso y tiene caídas y recaídas. Ha habido santos que durante tiempo han vagado entre el deseo de conversión y la tibieza, hasta que en un momento determinado, ocurre una "gracia fundante", es decir, un toque por parte de Dios en el cual el santo se siente impelido a la perfección de vida. Sin embargo, las vidas de santos no nos hablan de caídas importantes luego de este momento de gracia. Primeramente porque los pecados más graves suelen ser los más ocultos y no trascienden. Otros pecados graves, como asesinatos, que pueden llevar a una conversión (San Tanguy de Bretaña, por ejemplo) nunca aparecen en santos que hayan llevado una vida virtuosa antes de cometerlos, que es el caso que nos ocupa.
Sin embargo, me parece que hay un caso que podría aplicar: el de un presbítero bueno, pero poco ejemplar, que dio muchos quebraderos de cabeza a su obispo hasta un momento, y es:
San Bricio (Brais, Bresson, Briavel) de Tours, obispo. 13 de noviembre.
Bricio y Martín.
Iglesia de San Bricio. Schöppingen.
Cuenta que en una ocasión en que un hombre enfermo fue al monasterio a que el San Martín rezara por él y le devolviera la salud, fue Bricio, que ya era diácono, quien le abrió la puerta y dijo al hombre: "Si lo que buscas es al loco, entonces has de buscarle mirando al cielo", y el pobre hombre salió a buscar a Martín con el cuello estirado mirando hacia el cielo. Porque las cosas las ordena Dios como quiere, le halló San Martín, le sanó y volvió al monasterio, donde reclamó a Bricio por burlarse del hombre. Bricio intentó negarlo, pero el santo abad le dijo: "aunque estuviera lejos de ti, he oído tus palabras". Y añadió "sé por Dios que te llamará al episcopado después de mi muerte, pero antes me darás muchos dolores de cabeza, que pagarás después". Y Bricio le replicó: "Tenía razón, estás loco". Después de ordenado presbítero, y ya fuera del monasterio, Bricio continuó con su vida de bromas y disipación. Vestía elegantemente, comía como un rey poseía casas, establos y esclavos, en contra de todo lo que su maestro le había enseñado. Incluso dice San Sulpicio Severo (29 de enero) que llegó a militar en un grupo de presbíteros que intrigaban contra Martín por su austeridad, celo apostólico y su constante denuncia del mal, el paganismo y la mala conducta de los cristianos. No en balde "Judas" le había llamado el santo apóstol. Y las veces que Martín le reconvenía, Bricio le discutía en público, se burlaba de él, intentando minar su autoridad.
Sin embargo, en 397, cuando murió Martín, Bricio entró en gran tristeza por lo mal que había tratado a su benefactor. Hizo penitencia, oró incesantemente y Dios le otorgó la conversión de costumbres. Y en tan poco tiempo se vio el cambio que Tours le eligió, como había predicho San Martín en obispo de la sede turonense. Lo primero que hizo fue erigir una iglesia sobre la tumba de San Martín, promovió su culto y luego dejó todos sus bienes para vivir como un simple obrero del Evangelio. Pero su pasado disoluto le perseguía, pues algunos presbíteros no creían en su cambio y fue perseguido y calumniado varias veces. Incluso un antiguo compañero suyo del monasterio, el obispo San Lázaro de Aix (27 de mayo) intentó junto a otros obispos deponerle de su sede.
Bricio y el bebé.
Iglesia de San Bricio. Schöppingen.
Bricio, ya muy anciano, se dirigió a Roma a defenderse ante el papa San Celestino I (6; 8, Iglesia Oriental; 9 de abril y 27 de julio). Mientras, en Tours elegían a Julián como sucesor de Bricio, pero ni llegó a tomar posesión, pues murió en Vercelli. Luego eligieron a Armencio. Entretanto, el papa acogió a Bricio, que comenzó a defenderse y a hacer penitencia pública durante siete años. Al cabo de este tiempo decidió regresar a Tours, y cuando llegó con sus ayudantes que le habían sido fieles a Mont-Louis, supo que Armencio había fallecido de agudas fiebres. Entonces dijo a sus acompañantes: "Levantaos, si somos rápidos aún podemos llegar al funeral de nuestro hermano en Tours". Y entró a la ciudad por la puerta oeste en el mismo momento en que el cortejo salía por la puerta este. Tomó posesión de su trono y de su sede no hubo quien le sacara durante los siete años más que duró su episcopado, pues el pueblo al final reconoció que no había pruebas contra él. Durante sus últimos años retomó la caridad, el apostolado. Fundó iglesias, monasterios y hospitales. Ordenó obispo a San Maurilio de Angers (13 de septiembre).
Bricio murió en 447, muy anciano, y fue sucedido por San Eustaquio (19 de septiembre). En 594 se trasladaron sus reliquias a Clermont-Ferrand, desde donde su sulto se ha extendido por otras partes de Francia y Europa. Es abogado de los acusados injustamente, los perseguidos y los condenados a muerte. Se le invoca contra los ardores de estómago, los males de hígado y los cólicos, y la causa está en su iconografía, que suele presentarle con los carbones a la altura del vientre.
Fuentes:
-http://historivegauche.canalblog.com/archives/2010/04/17/17608878.html
-"Les Nouvelles Fleurs des Vies des Saints et Fêtes de l'Année". Tome Second. R.P ANDRÉ DU VAL RÉBEYROLIS. Lyon, 1860.
-"Brice of Tours". LAMBERT M. SURHONE, MIRIAM T. TIMPLEDON. 2010.
A 13 de noviembre además se celebra a Santa Agostina Livia Pierantoni, virgen y mártir.