El asunto me parece una nefasta idea de la señora alcaldesa Patricia Gutiérrez (de Ceballos) como si no tuviésemos ya suficientes males.No hay ninguna razón de peso para extender un horario de licorería.
San Cristóbal - Press Art Cómic
El decreto-horario-licorerías amplía pues el laberinto siniestro de expendios de especies etílicas ofreciendo su dosis de locura. De ácidos muriáticos. De ácidos de azufre.
San Cristóbal ha quedado convertida así quizá en la cantina más grande de Venezuela. Algo que sorprende si tomamos en cuenta que estamos hablando de una ciudad frenéticamente alcoholizada y con un gran número de accidentes por ingesta de alcohol.
- Diario del Pueblo: extienden horario de licorerías en San Cristóbal.
- La Nación de San Cristóbal: Alcaldía de San Cristóbal extiende horario de licorerías.
La Alcaldía de San Cristóbal o el tótem como cerveza.San Cristóbal territorio de Dioniso, el culto al dios que disuelve las formas. El de las vivencias tóxicas.El dios clandestino de la ebriedad. Poderío dionisiaco. ¡Moloch, Moloch!
La Alcaldía de San Cristóbal o el arte de anestesiar la ciudad. El fantasma de la alcahuetería para congeniar con la poderosa industria licorera en una ciudad sitiada ya por las firmas cerveceras.
El decreto un tanto nefasto de Patricia Gutiérrez (de Ceballos) me recuerda aquella estúpida canción de Pitbull: Yo no quiero agua, quiero es bebida.
Ah, pero vamos. No todo es crítica para la alcaldesa. Sin duda su gestión será calificada de excelente por los vendedores de cerveza, pero para mí son solo decretos de desgracia.
Y eso que soy bebedor.
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