San Elouan de Bretaña, ermitaño. 28 de agosto.
Vivió en el siglo VII y según su leyenda, nació en Irlanda y se fue a Bretaña para ser eremita, como tantos otros. El rey San Judicaël (16 de diciembre) le tomó afecto y le dio un bosque junto al río Douef, para que hiciera vida eremítica. Allí le visitaba frecuentemente, por lo que Elouan pidó a San Bili (24 de noviembre), confesor de la reina Morone, que le ayudara a que el rey no le visitara más, para poder vivir en absoluta soledad.
Allí vivió muchos años hasta que accedió a fundar un monasterio, que gobernó algunos años. Dio el velo a Santa Onenne de Tréhorenteuc (30 de abril), hermana del rey Judicael. A su muerte fue sucedido por su discípulo San Léry (30 de septiembre). Aún quedan rastros de su culto, que en el siglo XVII tuvo un gran empuje por las predicaciones de las misiones populares del Beato Juliet Maunoir (28 de enero).
A 28 de agosto además se celebra a
San Julián de Brioude, soldado mártir.
San Vivien de Saintes, obispo.