Fue hijo de un conde sajón y originalmente se llamaba Adán. Siendo joven se retiró a un sitio alejado en Walgau, para vivir la vida eremítica, tomando el nombre de Gerold. Allí vivía en oración, trabajo y penitencia. En una ocasión el conde Otto de Jagdber, dueño de las tierras estaba cazando cerca de la ermita de Gerold cuando el oso que perseguía, se refugió en la ermita del santo. El conde llegó allí y vio a la bestia tranquilamente a los pies del santo, que rezaba el Oficio Divino. Quedo tan impresionado de esto que dejó el animal en paz y regaló al santo todo el bosque y varias tierras para que pudiera hacer un monasterio. El mismo animal ayudó al santo a acarrear piedra y madera. Este fue el origen del hermoso monasterio de Einsiedeln, donde se venera la célebre imagen de Nuestra Señora de Einsiedeln (14 de abril), la cual tiene su propia leyenda. Gerold murió sobre 978. El 19 de abril de 1663 sus reliquias fueron trasladadas al monasterio, marcando este acontecimiento la celebración de su memoria litúrgica. A 19 de abril además se celebra a: