Nuestro segundo y último dia en Venecia. Que penita, que corta se me hizo esta parte. Nos levantamos prontito porque queríamos aprovechar todo lo posible. Nos dirigimos a San Marcos a coger el vaporetto y cruzar a San Giorgio. Una iglesia bonita (y gratuita la entrada) y desde su campanile unas vistas preciosas (3€ en ascensor).
De ahí queríamos ir a Cannaregio, pero no sabíamos si ir por el Gran Canal o por el Canal della Giudeca bordeando Venecia. Al final nos decantamos por esta última, ya que el paseo por el Gran Canal lo hicimos el día de antes, y no me arrepiento porque también es una vuelta bonita. Nos bajamos en San Marcuola (Casino) y ahí empezamos nuestra ruta por esta zona de Venecia tan encantadora y tranquila. Subimos a la Iglesia Madonna dell’Orto pasando por el Ghetto.
Bajamos al Campo Misericordia buscando el Puente Chiodo, el único de toda Venecia que queda sin barandillas. ¡Lo encontramos fácilmente!
De ahí bajamos hacia Strada Nuova, donde ya se acaba la tranquilidad del barrio. Llena de tiendas, puestos, gente… Llegamos a parar a la Iglesia dei Santi Apostoli. Y así con unas cuantas más, todas solo vistas por fuera, no entramos a ninguna. Pero bien merece la pena el paseo…Santa Maria dei Miracoli, San Giovanni e Paolo y Santa Maria Formosa.Y callejeando, callejeando, comimos de camino al hotel… Y a reposar un poquito…
Por la tarde era la Regata Storica, asi que allá que fuimos a ver que se cocía… Tengo que decir que me esperaba algo mas, allí estuvimos buena parte de la tarde y éstas son algunas de las góndolas que pasaron antes de las “carreras”. Nos marchamos sin saber si habían terminado las regatas o no, porque no pasaba ya ninguna góndola y la gente empezaba a irse también. Me arrepentí de habernos quedado para verla y no haber ido a visitar las islas de Murano y Burano, pero así tengo excusa para volver, jajaja
Fuimos a buscar el Palacio Contarini del Bovolo, para ver su original escalera de caracol. Lástima que no se pueda entrar, parece ser que sigue en reforma. Y de ahí nos perdimos por las callejuelas sin rumbo fijo, hasta que llegamos a San Marcos para esperar que oscureciera y ver la basílica San Marcos en la noche.
De nuevo fuimos a por unas pizzas a L’Angelo y en el Campo Manin otra vez nos las comimos… Riquiiiiiiiiisimas, las mejores de todo nuestro viaje
Teniamos tanta pena por ser nuestro ultimo día en Venecia, que no queríamos irnos al hotel, asi que de nuevo fuimos para San Marcos. Nos dimos nuestro ultimo paseo por la zona y nos comimos nuestro ultimo helado veneciano.