Revista Religión

San Josemaría, sacerdote, según el Siervo de Dios, P. Tomás Morales, S.J.

Por Joseantoniobenito

San Josemaría, sacerdote, según el Siervo de Dios, P. Tomás Morales, S.J.

San Josemaría, sacerdote

 

L1****26 JUNIO

 

L2****Supo edificar...

 

   La contradicción, antigua compañera de viaje, le sigue acompañando hasta el último momento. Incomprensiones y calumnias son avales de su fidelidad en la tierra a Cristo.

 

   Rectitud, es un gran caminar. No se mide con metro de críticas, sino con leguas dilatadas de fe en Jesús. Con las piedras que le tiraban, supo edificar su casa...

 

   Destruir es demasiado fácil. Lo importante es construir. Zapatero, ¡guarda la crítica para tus zapatos! Las injurias son las razones que tienen los que no tienen razón.

 

L2****"Basta obrar

L2****con rectitud..."

 

   Josemaría no se lamentaba de los demás, pero procuraba ser mejor que ellos. No era mediocre que cree elevarse al rebajar a los demás. La cofradía de los anodinos es la más numerosa del mundo.

 

   En pleno siglo XVI vivía Carlos Borromeo. "No conviene desanimarse por habladurías de la gente. Tiene siempre en la cabeza nuevas imaginaciones. Basta obrar con rectitud en todo. Luego, que cada cual diga lo que quiera".

 

L2****"Las actividades

L2****terrenas y temporales..."

 

   17 de mayo de 1992 y Juan Pablo II le beatifica. La plaza de S. Pedro es incapaz de contener las casi trescientas mil personas... Tienen que refugiarse en la plaza de Pío XII y en la Vía della Concilazione, algo poco visto.

 

   El Papa habla después del Evangelio. "Josemaría predicó incansable con intuición divina la llamada universal a la santidad y al apostolado. Afán de dinero devora al mundo hoy. Lo convierte en ídolo, y lo aleja de Dios".

 

   El nuevo beato nos recuerda que usándolo para gloria del Creador y servicio de los hombres, es camino para un encuentro. Josemaría nos enseña que "las actividades terrenas y temporales de los hombres, han de ser también llevadas a Dios".

 

L2****Hondonada del Vero

 

   Barbastro rondaba entonces los siete mil vecinos y ocupaba desde hacía siglos un lugar destacado en la Antigua Corona de Aragón. Núcleo comercial más importante entre Huesca y Lérida, las dos capitales de provincia más cercanas.

 

   Casas blasonadas atestiguan el abolengo de muchas familias y su entronque con la nobleza altoaragonesa. La Catedral gótica preside el caserío agazapado junto a la hondonada del Vero.

 

   José Escrivá es su padre. Su familia se había instalado en un pueblo cerca de Barbastro y descendía de los Balaguer de Lérida.

 

   Se casa en la capilla del Santo Cristo de los Milagros en la catedral, el 19 de septiembre de 1898. Su mujer es Dolores Altás, barbastrina de ojos azules y mirada tímida. Es la penúltima de trece hermanos.

 

   9 de enero de 1902 y nace Josemaría, el segundo hijo entre 6 hermanos. Su hermana Carmen se había adelantado dos años y medio antes. A los cuatro días le cristianan en la catedral y el día de S. Jorge le confirman.

 

L2****"Para algo muy grande

L2****te ha dejado la Virgen..."

 

   A los dos años enferma de gravedad. Dicen los médicos a su padre "de esta noche no pasa". Empieza a anochecer. José y Dolores están junto a la cama del niño mirándolo, rezando, esperando el milagro...

 

   Al día siguiente a primera hora llega el médico. Pregunta: "¿A qué hora ha muerto?" "No sólo no ha muerto, sino que está perfectamente", replican los padres exultantes de gozo.

 

   Fue el primer triunfo, la primera caricia de la Virgen. Años adelante diría su madre: "Hijo, para algo muy grande te ha dejado en este mundo la Virgen, porque estabas más muerto que vivo".

 

L2****"La vergüenza

L2****sólo para..."

 

   El matrimonio iba creciendo en hijos y alegrías. Cinco hijos y un futuro cargado de promesas.

 

   Alegre y travieso como todos los niños. Reía y jugaba entre los soportales de la calle Mayor donde estaba su casa.

 

   A los cuatro años va al parvulario de las Hijas de la Caridad, y desde los 6 se educó en los calasancios. Era muy tímido y se escondía cuando se recibían visitas. Su madre le sacaba de su escondrijo y le reñía con paciencia. "Josemaría, la vergüenza —le decía— sólo para pecar".

 

L2****"El próximo año

L2****me toca a mí"

 

   Temprano y doloroso encuentro con la muerte, sufre entre ocho y once años. Fallecen sus hermanas Rosario, Lolita y Asunción.

 

   Abre sus ojos ante la vanidad del mundo que pasa. Dice ingenuo a su madre. "El próximo año me toca a mí". Dolores le dice: "No te preocupes, que tú estás ofrecido a la Virgen".

 

L2****"Si otros hacen

L2****tantos sacrificios..."

 

   Tiene quince años, y en 1917 se traslada la familia Escrivá a Logroño. No quiere ser arquitecto ya como respondía con aplomo días antes en Fonz el pueblo de su padre.

 

   Dios tenía otros planes. Nieva con intensidad. El santo vio en el suelo blanco algo que le llama la atención. Huellas heladas de unos pies sobre la nieve. Las pisadas de un carmelita que caminaba descalzo por amor de Dios.

 

   Un fogonazo de luz fue aquello. "Si otros —pensó— hacen tantos sacrificios por amor a Dios ¡yo no le voy a ofrecer nada!". Unas pisadas en la nieve..., y no hace esperar a Dios. No pide pruebas, ni se excusa "me entregaré cuando vea claro"... Decide hacerse sacerdote, precisamente para ver más claro.

 

L2****"Iba anotando

L2****con alegría..."

 

   Aquella noticia inesperada conmueve a su madre. "Fue la única vez que la vi llorar... Me dijo: Hijo mío, piénsalo bien. Los sacerdotes tienen que ser santos... Muy duro es no tener casa, no tener un amor en la tierra... Piénsalo un poco más, pero yo no me opondré".

 

   "Comencé a estudiar en casa... Fui examinándome de Filosofía curso por curso. Después a la hora de estudiar Teología, me metí en el Seminario".

 

   Muy poco tiempo estuvo en la capital. El segundo curso de Teología lo estudia en S. Francisco de Zaragoza. En 1922 tiene apenas veinte años y le nombran inspector elegido entre los propios seminaristas. "Me hicieron gran bien... Recuerdo tantas virtudes de aquellos chicos, muchos futuros mártires... Iba anotando con alegría: van mejor, se les ve crecer, Dios está aquí en esta alma..."

 

L2****"Murió agotado con

L2****sólo cincuenta y siete años..."

 

   Una mañana de noviembre de 1924, su padre se levanta, desayuna y se entretiene jugando un momento con su último hijo. Josemaría desde que abandonó su hogar había pedido a Dios que un nuevo hijo le sustituyese consolando a sus padres. Nace Santiago su hermano más pequeño a los pocos años.

 

   Segundos después su padre cae desplomado en el suelo víctima de un síncope. "Murió agotado —recordaba el santo tiempo adelante— con sólo cincuenta y siete años, pero estuvo siempre sonriente".

 

L2****"¡Señor que vea!"

 

   4 de junio de 1923 y el cardenal Soldevilla cae asesinado en plena calle por balas anarquistas. Dos años más tarde el 28 de marzo de 1925 le ordenan sacerdote y al día siguiente celebra su Primera Misa en la Basílica del Pilar.

 

   Parte el 29 para Perdiguera a veinticuatro kilómetros de Zaragoza. Sustituye al párroco que estaba enfermo. Regresa a la capital dos meses más tarde. Atiende a una catequesis en los suburbios y da clases de Derecho para atender a su madre y hermanos.

 

   En 1923, aún seminarista, se matricula en la Facultad de Derecho. Iban pasando los años..., y en el fondo seguía latiendo con vigor esa inquietud nebulosa. "¡Señor, que vea! ¡Señor, que vea! ¡Domine, ut videam!

¡Domine, ut videam!".

 

L2****"Nunca ha dejado

L2****de resonar..."

 

   20 de abril de 1927 y llega a Madrid para doctorarse en Derecho Civil. Era un título que sólo se podía conseguir en la Universidad Central.

 

   Apenas llega, en los barrios periféricos tiene catequesis. Luz Casanova había creado unos años antes el Patronato de Enfermos y las Damas Apostólicas. Es su capellán y se dedica a cuidar enfermos pobres en los barrios extremos. "Había que comenzar limpiándoles la nariz, antes de limpiarles un poco aquellas almas".

 

   Barbastro, gavilla de recuerdos entrañables. Horas de alegría y de dolor por las muertes de sus hermanas. Logroño le evocaría la llamada de Dios y el "paso" de su padre. Zaragoza, aquella Primera Misa...

 

   Un día oye repicar las campanas de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles. Aquel voltear jubiloso "nunca ha dejado de sonar en mis oídos".

 

L2****"Simples cristianos.

L2****Masa en fermento..."

 

   En el Madrid del primer tercio del siglo XX choca con la mentalidad de la época. Un joven de veintiséis años ¡qué cosas decía! Olvidaban que el jesuita Ángel Ayala veinte años antes fundaba la Asociación Nacional de Propagandistas y la Confederación de Estudiantes Católicos, que dio a los universitarios la misma consigna audaz.

 

   La mayoría recibieron indiferentes al beato. No entendían el Evangelio. Muchos se escandalizaban. La santidad, se decían perplejos, es coto cerrado de frailes o monjas. Él insistía con intrepidez. "Simples cristianos. Masa en fermento. Lo nuestro es lo ordinario con naturalidad... ¡Todos santos!... Sírvete de nosotros, Señor, para que todos descubran el valor santificador y santificante del trabajo profesional... Atinaremos también con la eficacia del apostolado de la doctrina, el ejemplo, la amistad y la confidencia".

 

L2****"Nunca habrá mujeres,

L2****ni en broma..."

 

   El beato afirmaba que no pretendía ser fundador de nada. El camino de santidad que predicaba no fue fruto de largas cavilaciones personales. Ni resultado de un plan prefijado frente a la crujía de la Iglesia y del mundo. Eso pudo ser nobilísimo, pero no era aquello lo que Dios le inspiraba.

 

   ¡Obra de Dios! Ese es el nombre. ¡Opus Dei! Un trabajo divino, operatio Dei. Es el trabajo profesional convertido en expiación, apostolado, santidad...

 

   "Nunca mujeres —ni en broma— en el Opus Dei", escribía a comienzos de febrero de 1930. Sin embargo, pocos días más tarde, el 14 mientras hacía Santa Misa, descubrió que Dios quería que hubiese mujeres en el Opus.

 

   "Aquel día me hizo el Señor sentir la luz que tiene un padre ante un hijo que no esperaba. Desde entonces me parece que estoy obligado a teneros más afecto. Os veo como una madre ve al hijo pequeño".

 

L2****"Audacia y Fuerza"

 

   Visitó durante esos años numerosos enfermos que estaban en hospitales. Acudía acompañado de sacerdotes y universitarios. "Hacíamos las camas, lavábamos pies, cortábamos uñas, peinábamos, les decíamos palabras de cariño..."

 

   Funda entonces la Academia DYA. Derecho y Arquitectura, eso quería decir su título porque estudiantes sobre todo de esas Facultades acudían a dar o recibir clases. Aquel título tenía otra lectura "Dios y Audacia".

 

   Una residencia de estudiantes inaugura en el curso 1934–35. Sólo cuenta con un residente, pero no se achica ante las dificultades. En enero contaba ya ocho. Las plazas vacías agravaban las cifras del presupuesto.

 

   Celebraba Misa el día de S. Nicolás. Se le ocurre invocar al santo. "Si me sacas de esto, te nombro patrono". Antes de subir al altar se arrepiente de su falta de confianza. Añade, "si no me sacas, te nombro igual..."

 

L2****"Me trató

L2****como un niño"

 

   La ignorancia es el mayor enemigo de la fe", decía a los suyos. "El mandato de Cristo a sus Apóstoles, cobra apremiante actualidad. No podemos cruzarnos de brazos..."

 

   El Señor suele darnos a conocer Su voluntad envuelta en penumbra. Es para que ejercitemos la fe. Muestra primero una cara de Su querer, después otra, luego otra.

 

   "Si en 1928 hubiera sabido lo que me esperaba —recordaba el santo muchos años más tarde— me hubiera muerto. Nuestro Señor me trató como un niño. No me presentó todo el peso. Me fue llevando adelante poco a poco".

 

L2****"Salve Regina,

L2****Mater misericordiae..."

 

   En marzo 1937 encuentra asilo en la Legación de Honduras. Perseguido con insistencia después de estallar meses antes la guerra civil, se refugia donde puede.

 

   Viaja a Barcelona y emprende la odisea peligrosa con otros de sus hijos del Opus. Cruzan los Pirineos en medio de mil peripecias y el 2 de diciembre llegan a Andorra. Explosión de alegría y José entona "Salve Regina, Mater misericordiae..."

 

L2****"Amo la santa pobreza,

L2****gran señora mía"

 

   Cruza S. Sebastián, Pamplona y se instala en Burgos. El Ejército había destinado a varios del Opus. Se abría una nueva época de su vida y de la historia de la Obra.

 

   Entre sus penurias y estrecheces, cuando el dinero apenas llegaba a cubrir las necesidades más perentorias, toma una decisión. Sacerdotes del Opus no pueden aceptar ninguna retribución por intenciones Misa, predicar, Sacramentos... Era fiel a su consigna "Amo la santa pobreza, gran señora mía".

 

L2****"¡Me habéis salido

L2****a la tercera vez!"

 

   En aquella fría mañana del 28 de marzo de 1939, rodeado de soldados del Ejército Nacional, entra en Madrid.

 

   Un puñado de hombres desde diez años contaba que estaban dispuestos a entregar su vida para sacar la Obra adelante. Unos cuantos jóvenes con la carrera recién terminada, sin experiencia...

 

   Frente a este pelotón de valientes, sólo contaba con una manchega. Más tarde comentaría: "¿Sabéis lo que me habéis costado vosotras, hijas mías? Más que los hombres. ¡Me habéis salido a la tercera vez!".

 

L2****"Hemos de poner

L2****bien alto la Cruz..."

 

   Desembarca en Génova y llega a Roma al caer de la tarde del 23 de junio de 1946. Se encumbran las dificultades, años después. Y se acuerda de Enrique Ossó: "¿Obra sin dificultades? ¡Mala señal!".

 

   Dos años más tarde erige el Colegio Romano de la Santa Cruz. A partir de entonces se están formando miles de miembros del Opus. Sacerdotes y laicos, pues "la Cruz es el trono de la realeza del Señor. Hemos de ponerla bien alto, en la cima de todas las actividades humanas".

 

L2****"Vosotras tenéis

L2****un alma sacerdotal..."

 

   26 de junio de 1975 y está en Villa delle Rose. Es el centro de mujeres de la Obra en Castelgandolfo. Después de estar unos momentos de rodillas en el oratorio, se dirigió a la sala de estar.

 

   Saludó con la mirada una imagen de la Virgen. Era un recuerdo íntimo de familia. Esa pintura había recogido la última mirada de su madre antes de morir.

 

   "Vosotras —les recordó— tenéis un alma sacerdotal. Vuestros hermanos laicos también tienen un alma sacerdotal. Con la gracia del Señor y el sacerdocio ministerial en nosotros, los sacerdotes de la Obra, haremos una labor eficaz".

 

L2****"Estoy comenzando

L2****mi lucha interior"

 

   A los veinte minutos se siente indispuesto y tiene que interrumpir la visita. Le trasladan al Colegio de la Santa Cruz y allí pasa de este mundo al Padre.

 

   Muere pues en la brecha, como había vivido. Al día siguiente le sepultan en la cripta del oratorio de Sta. María de la Paz, hoy iglesia prelaticia del Opus Dei.

 

   Cumple tres meses antes sus bodas de oro sacerdotales. En la meditación que propone al consejo general de la Obra, les dice. "A la vuelta de cincuenta años estoy como un niño que balbucea. Estoy comenzando, recomenzando, mi lucha interior de cada jornada, y así hasta el final de los días que me queden... El Señor lo quiere así para que no haya motivo de soberbia en ninguno de nosotros..."

 

   Esa fue su vida. Estar "recomenzando" siempre pisoteando el orgullo. Cristo en Su Resurrección le había hecho pasar del egoísmo al amor, de la soberbia a la humildad.

 

BIBLIOGRAFÍA

 

Obras del Beato Josemaría:

 

   Camino, 53ª ed., Rialp, Madrid 1991.

 

   Amar a la Iglesia, 6ª ed., Palabra, Madrid 1986.

 

   Vía Crucis, 18ª ed., Rialp, Madrid 1991.

 

   Es Cristo que pasa, 28ª ed., Rialp, Madrid 1991.

 

   Amigos de Dios, 17ª ed., Rialp, Madrid 1991.

 

   Conversaciones con Mons. Escribá de Balaguer, 17ª ed., Rialp, Madrid 1989.

 

   Surco, 7ª ed., Rialp, Madrid 1991.

 

   Santo Rosario, 36ª ed., Rialp, Madrid 1990.

 

   Forja, 6ª ed., Rialp, Madrid 1991.

 

   Amar al mundo, Selección de Luciano Santarelli, 3ª ed., Rialp, Madrid 1991.

 

BIOGRAFÍAS

 

Así le vieron. Testimonios sobre Mons. Josemaría Escribá de Balaguer, 4ª ed., Rialp, Madrid 1992.

 

P. Berglar, Opus Dei. Vida y obra del Fundador Josemaría Escribá de Balaguer, 5ª ed., Rialp, Madrid 1987.

 

S. Bernal, Mons. Josemaría Escribá de Balaguer. Apuntes sobre la vida del Fundador del Opus Dei, 6ª ed., Rialp, Madrid 1980.

 

F. Gondrand, Al paso de Dios, 5ª ed., Rialp, Madrid 1986.

 

D. H. Helming, Huellas en la nieve, 4ª ed., Palabra, Madrid 1989.

 

J. L. Olaizola, Viaje al fondo de la esperanza, 4ª ed., Rialp, Madrid 1992.

 

A. del Portillo, Una vida para Dios: Reflexiones en torno a la figura de Mons. Escribá de Balaguer, 2ª ed., Rialp, Madrid 1992.

 

A. Sastre, Tiempo de Caminar, 4ª ed., Rialp, Madrid 1990.

 

A. Vázquez de Prada, El Fundador del Opus Dei, 2ª ed., Rialp, Madrid 1984.

 

C****San Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia

 


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