La fotografía parece haber sido tomada en 1.937, fecha en la que, como hoy en día, la gente seguía provocando un océano insensible que arrastró más de una vida en el Muro de San Lorenzo. Está firmada por Constantino Suárez y fue tomada de la página Gijón en el Recuerdo, a la que hicimos referencia en otras ocasiones. Los árboles, los bancos, han desaparecido en estos ochenta años que nos separan de la imagen, pero el mar sigue siendo el mismo, se que “se traga un barco o cien barcos, mata a un marinero o a cien marineros y sigue murmurando con su voz afónica, con su voz de borracho triste y pendenciero, amargo y peleón”.