Gracias a @maeeeru, que nos ha enviado este artículo sobre un estadio histórico, San Mamés.
En el año 2013 el Athletic Club estrenó su nuevo Estadio, San Mamés, sobre los terrenos que ocupaba el anterior. El nuevo campo tenía la peculiaridad de ser utilizado aún no estando finalizado, ya que las obras para terminar el fondo Sur continuaban al tiempo que se jugaban partidos en su interior.
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Durante este período consiguieron mantenerse imbatidos durante los 12 primeros encuentros (10 victorias, 2 empates) que se disputaron en el Estadio hasta que el Atlético de Madrid consiguió romper esa racha, venciendo por 1-2 en los cuartos de final de la Copa del Rey. De esta manera igualaron el récord conseguido por el Castellón en 1946 estrenando el Estadio de Castalia. El nuevo San Mamés tiene ahora la difícil tarea de mantener el espíritu de su antecesor, conocido como La Catedral. Inaugurado en 1913, se construyó con el objetivo de albergar los partidos que jugaba como local el Athletic Club, ya que los campos de Jolaseta y Lamiako comenzaban a quedarse pequeños ante la expectación que creaban los partidos en esa época.
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Desde entonces, el Estadio sufrió varias remodelaciones, pero las más importantes fueron las de 1952 y 1982. En 1952 se construyó la Tribuna Principal, con el famoso arco sobre ella. La función del arco no era otra que repartir el peso de la Tribuna para no colocar ningún pilar que dificultara la visión del partido. Este arco fue trasladado a las instalaciones deportivas de Lezama, y fue colocado junto al campo en el que juega sus partidos el Bilbao Athletic.
La remodelación de 1982 fue la definitiva en cuanto a estructura, se crearon alrededor de 20000 localidades con motivo de la celebración del Mundial en ese mismo año, dejando el aforo total en 46000 espectadores.
El Estadio de San Mamés, tanto el nuevo como el antiguo, ha sido reconocido por gran cantidad de jugadores como uno de los campos de fútbol en los que más a gusto se sienten. Uno de los motivos es la cercanía de las gradas con el césped y la acústica del Estadio, pero también por el respeto que la mayoría de aficionados suele tener por el equipo visitante, al que en ocasiones se le reconoce el esfuerzo con aplausos.