Frómista es un crucero de diferentes estilos arquitectónicos auténticamente privilegiado. En él se asientan cultura, tradición, devoción, patrimonio, arquitectura y modernidad, como grandes valores simbióticamente hermanados, acogidos en su seno sin ningún recelo ni reparo. Los esperanzados peregrinos, que de este a oeste encaminan la senda del Apóstol, con esfuerzo, mucho esfuerzo, atravesando el corazón de la provincia de Palencia en busca de unos momentos de divinidad, encuentran en Frómista un lugar ideal para la devoción más íntima y personal, donde el esfuerzo realizado se ve plenamente recompensado gracias a la magia que desprenden cada uno de los hermosos rincones de esta bella localidad palentina.
Cuando doña Mayor, viuda del rey Sancho Garcés III y condesa de Castilla, ordenó construir una iglesia en el monasterio benedictino de San Martín -hoy desaparecido- allá por los años sesenta del siglo XI, estaba escribiendo, tal vez sin ser consciente, una página única, brillante, excepcional e irrepetible en la historia del románico más intrínsecamente ligado al patrimonio real de la época. Incluso con la restauración llevada a cabo a finales del siglo XIX, San Martín es, cuanto menos sentimentalmente para mí, la obra cumbre del románico español, sin ningún género de duda ni discusión, por mucha controversia que esta afirmación cause.
Para saber más: Dentro de mi mochila
Imagen: Eduardo Gutiérrez
- Una serie de Eduardo Gutiérrez para Curiosón