Camille Pissarro: Boulevard Montmartre, Effet de nuit, 1897.
National Gallery, Londres.
Venía corriendo perseguido por el cerco de la luna en fase gibosa creciente, el ruido de los contenedores de vidrio al ser alzados para su transporte, el parpadeo de los arcos de luces navideñas movidas por súbitas e intempestivas ráfagas de viento, el estruendo intermitente de los petardos más madrugadores y, más espaciados pero no menos perceptibles, los ensayos de afinado y puesta a punto de las campanadas en los muchos relojes de plaza o de espadañas eclesiales con que se fue cruzando en su camino.., y pese a todo, llegó a tiempo de poner su vela en la mesa vecinal ya dispuesta para la celebración y lo hizo justo cuando también se incorporaba a la fiesta el antepenúltimo invitado: ‘Gédéon Spilett, que halló en su bolsillo un último fósforo’.(LUN, 515 ~ «Perec al paso», 177)