El día de San Valentín se considera el día de los enamorados e, incluso, el día del amor y de la amistad en algunos países. No obstante, pese a ser una fecha basada en bonitas leyendas y tradiciones hay mucha gente que no soporta este día: nos encontramos con aquellas personas que, teniendo pareja, reprochan cuán capitalista es esta celebración adquirida de la costumbre anglosajona como si no derrocharan cantidades ingentes de dinero en Navidades, cumpleaños, bodas, el Día del Padre o Halloween aunque… ¡También están los solteros/as que se posicionan en contra de Cupido porque sus flechas aún no han alcanzado sus corazones!
Y entonces es cuando me pregunto… ¿Qué necesidad nos mueve a demonizar una celebración que ni tan solo nos gusta? ¿O es que sí nos gusta pero existe algún límite que nos impide festejarla como la falta de dinero o una pareja poco detallista? Porque a nadie le amarga un dulce y a todos nos gustan los regalitos… ¿O no?
Es cierto que muchas fiestas son exageradamente explotadas a nivel comercial para aumentar las ventas y que el amor es algo que se demuestra y disfruta a diario pero ello no significa que nos tengamos que sumar a la compra masiva ni tampoco que ataquemos abiertamente a las personas que sí lo celebran o a los negocios que intentan sacar un mayor beneficio por estas fechas (¡todos tenemos que comer y pagar facturas!). Por ello, es un día ideal para practicar el agradecimiento, la coherencia y el respeto, dejando a un lado el prejuicio.
¡Que cada cual haga lo que le salga del corazón! Y hoy, a mí, me late compartiros mi amor con algunas recomendaciones para parejas y para solteros/as:
Si tienes pareja…
- San Valentín es el pretexto perfecto para romper con la rutina y apartar los quehaceres diarios para comer/cenar juntos y relajados, sin smartphones a la vista. ¡Eso sí que es un regalazo en los tiempos que corren!
- Si quieres mejorar tu relación de pareja puedes preparar un juego en el que poner en común los valores y objetivos que os guían para sacar más partido a vuestra unión, en dirección a la pareja que queréis ser.
- ¡Desarrolla tu creatividad! El capitalismo existe pero también las creencias limitantes que nos impiden disfrutar de ciertas festividades y que, a la vez, nos entristecen porque finalmente no recibimos ningún detalle a causa de nuestro rechazo público y manifiesto. Así pues, recuerda que puedes regalar abrazos, miradas o cualquier cosa DIY (hecha por ti mismo/a) sin sucumbir a los tópicos y haciendo sentir especial a tu pareja. Porque sí, hoy he hablado con una cliente que se enfada si le regalan pero se enfada también cuando no le regalan, a sabiendas de que mucha gente hoy recibirá un detalle…
- A tenor del punto anterior: ¡regálate coherencia!
¿Estás buscando con quién pasar el próximo San Valentín?
- Me parece de vital importancia mencionar que no tener pareja con quién compartir este día no significa estar destinado a encerrarte en casa, odiar la celebración o sentirte solo/a… Amar es compartir y, por consiguiente, puedes disfrutar del día del amor compartiendo detalles o bonitos momentos con las personas a las que quieres.
- Hazte las siguientes preguntas, respondiendo con total honestidad: ¿Cómo está tu autoestima? ¿Qué buscas en una relación o pareja? ¿Qué has hecho hasta ahora para encontrar pareja? ¿Qué o quién puede ayudarte en la búsqueda? ¿Qué puedes hacer para aumentar tu círculo de contactos? ¿Cómo te comportas con la gente a la que acabas de conocer? ¿Te está funcionando? ¿Qué acciones has emprendido y han reportado resultados beneficiosos?
- Entiendo que hace mucho tiempo que esperas al amor de tu vida pero… ¿Qué has hecho distinto hasta el momento para encontrar a esa persona? ¡Deja de buscar, encuentra! Si sigues moviéndote en los mismos círculos y no cambias nada, es normal que los resultados sean similares, sin novedad alguna.
- No esperes a ser feliz mañana porque hoy, en el camino hacia una relación estable, puedes encontrar a gente maravillosa que te aporte muchas cosas. ¡Conoce gente, disfruta y deja que las cosas fluyan!
- No vuelvas a preguntarte “¿por qué estoy solo/a?”. Valora a quién te rodea y recuerda que antes de tener una relación hay que aprender a vivir sin tenerla también.