Sánchez contamina el Alvia

Como venganza contra el PSOE que defendió a Susana Díaz como secretaria general, el ganador, Pedro Sánchez, se ha lanzado a degollar a los apoyos de su rival que supone más débiles, como su antiguo protector político cuando no era nadie, José Blanco.

Blanco fue el ministro de Fomento que inauguró a finales de 2011 el tramo del ferrocarril Orense-Santiago donde el 24 de julio de 2013, hace ahora cuatro años, se estrelló un tren Alvia con 218 viajeros, de los que murieron 80 y 131 resultaron heridos.

Los familiares de esos afectados en la curva de Angrois, a tres kilómetros de Santiago, acaban de saber con satisfacción que el PSOE, que hasta ahora se oponía, se unía a Podemos para crear una comisión parlamentaria que investigue el accidente y que demolerá a Blanco aunque no extraerá ni una sola conclusión válida.

El descarrilamiento fue provocado por la desatención del maquinista Francisco José Garzón que entró en la curva a entre 180 y 153 kilómetros por hora, cuando la velocidad que ordenaban el protocolo y las alarmas disparadas que no atendió desde varios kilómetros antes era de 80.

Lo que los familiares de las víctimas buscan son los responsables de que el tren no tuviera un sistema automático de frenado en caso de alguna negligencia del conductor y por qué la curva no era más amplia. Los culpables para ellos son los técnicos y el ministro, que es como si se atribuyen los muertos en las curvas de las carreteras a los ingenieros de caminos y no a los conductores a 180 por hora.

Cuando ocurrió el accidente gobernaba ya el PP, que mantenía el sistema de ferrocarril dejado por Blanco; pero desde su inauguración habían pasado sin problemas por la misma curva y dirección otros 956 Alvia.

Todo se sabe ya tras numerosas investigaciones judiciales españolas y europeas que concluyen que con un mejor sistema de frenado no habría ocurrido la tragedia.

La comisión parlamentaria sólo será la venganza de Sánchez contra Blanco, aunque simultáneamente envenenará al PSOE transfundiéndole su mala, muy mala, sangre.

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SALAS