Cuando oyes la palabra supermercado piensas en ofertas, precios más bajos que en las tiendas, pero no siempre es así. Sánchez Romero es un supermercado caro, el supermercado más caro de España. Yo fui un día y sólo un día clienta suya. No descarto volver porque quedé encantada con el trato recibido.
Llegar al supermercado y que un aparcacoches se encargué de tu automóvil es un placer. Puedes hacer la compra sin pensar que ha venido la grúa a llevarte tu coche. Yo compré una lubina salvaje que me costó 50 euros. Todavía no me he perdonado tanto gasto. Fue un derroche. Pero estaba que te chupabas los dedos una vez cocinada según una receta de mi madre.
Ahora Sánchez Romero, el supermercado más caro de esta España nuestra, abre sus puertas en el Barrio de Salamanca. Habrá que pasar por allí. Yo iré aunque sólo sea para degustar sus productos en la sala vip. Te sientes una reina probando mientras un personal shopper va empaquetando lo que compras, si es que compras algo. No es la primera vez que pruebo y no llevo. Probar es gratis.
Sánchez Romero, el supermercado más caro de España, tiene unos diez locales abiertos. Su éxito es la calidad. En eso no tiene competencia. Ofrece unos productos excelentes y tiene un personal cualificado que sabe atender hasta a los clientes y clientas más exigentes. Hay que darles un diez.