Algunas ciudades, entre ellas Valencia, ya han empezado a multar a los viandantes por cruzar la calle por lugares indebidos o con el semáforo peatonal en rojo. ¿Son convenientes y adecuadas las sanciones para los peatones, o son otra medida recaudatoria más?
¿Son legales las sanciones para los peatones?
Doscientos euros por cruzar la calle Barón de Cárcer con el semáforo peatonal en rojo. La policía municipal ha estado aplicando la máxima sanción prevista para estos casos, sanción que si no es recurrida y se paga con premura, quedará reducida a cien euros. Lo que no sé es si están suficientemente respaldadas por la legislación.
Sanciones para los peatones. ¿Son adecuadas?
Por supuesto, desde las concejalías de Movilidad Sostenible y Protección Ciudadana, dicen que las sanciones no son con ánimo recaudatorio sino para mejorar la seguridad de la zona. Según los vecinos, el incremento de la siniestralidad es culpa del Ayuntamiento por haber reconvertido la calle al doble sentido. También niegan desde el consistorio que haya campaña alguna para multar, y que las multas se producen si el agente es testigo de las infracciones, sin más.
Personalmente pienso que no cuesta tanto respetar los semáforos cuando uno es peatón, como lo solemos hacer cuando vamos conduciendo un vehículo; al menos los coches, porque los ciclistas ya sabemos que son de otra galaxia y no parece afectarles lo de los semáforos.
En cualquier caso, para que se produzcan este tipo de sanciones y sean medianamente aceptadas por los infractores, primero el ayuntamiento debería hacer una campaña informativa de calado importante, al menos para avisar. Campaña que, además, serviría de concienciación de los accidentes que también los peatones causan (no siempre es culpa del conductor, todo hay que decirlo).
También pienso que antes de crujir al peatón en estos casos, deberían vigilarse más las actuaciones de los ciclistas (y patinadores…), que no solo pueden ser un problema en la conducción si se saltan las normas como muchos de ellos acostumbran, sino que también son un peligro para los peatones.
Ramón Cerdá