¿Eres de las que acaba de salir de hibernación y al quitarte los Panama con calcetines de travesía, te has encontrado unos pies acartonados, descamados y con invitados?
Antes de arrojarte con los ojos cerrados a la tendencia de llevar las Adidas a todas horas, sigue estos 5 pasos y pon tus pies a punto. Seguro que ya habrás echado el ojo a unas sandalias que tienen tu nombre tatuado – yo, ya me he hecho amiga de unos Fendi de infarto. ¡Todo sea por ellos!
1. EL BAÑO!
Relájate. Y no sólo tu mente. Tus pies trotan a todas horas y siempre se llevan la peor parte, así que ¿por qué no darles lo que más necesitan? Un baño templadito durante 5-10 min (evita baños largos) será perfecto para que se abran los poros y funcione cualquier tratamiento que desees aplicar después. Añade al agua algunas sales que reconforten los pies y aporten algo de fragancia.
2. EXFÓLIALOS!
Exfolia tus pies para que queden ultrasuaves. Este es un paso fundamental para tener unos pies siempre a punto, pues esta piel es tierra fértil para hongos y tiende enseguida al engrosamiento, que a su vez imposibilita la hidratación y genera resecamiento. Un círculo vicioso que puedes atajar rápidamente con un buen cuidado semanal.
Puedes usar exfoliantes en crema o si lo prefieres, la tradicional piedra pómez. Si optas por pómez, facilita las cosas frotar las durezas con los pies húmedos. Puedes hacerlo a diario en la ducha, poco a poco, hasta que veas resultados. Si es con crema, exfolia con movimientos circulares ascendentes al menos una vez a la semana.
Y cuando termines, antes de secarlos, no olvides aplicar unos chorros de agua caliente y fría para favorecer la circulación. Nunca sobra.
3. HIDRATA Y MASAJEA!
¿Por qué pones crema en tus manos y no lo haces en tus pies? Un podólogo encantador me sugirió aplicar cada noche crema sobre mis pies primero, y con los excedentes (algo siempre queda) masajear mis manos. Dos pájaros de un tiro. Genius! (Claro, sólo si estamos usando una crema corporal que sea hidratante y no para problemas específicos)
Para los pies, puestos a pedir, conviene aplicar una crema que contenga salicílico, urea o manteca de karité, pues mejorará la cicatrización al estimular la renovación celular. Y si seguimos pidiendo, lo ideal sería aplicar una crema por la mañana (más ligerita y de rápida absorción) y otra por la noche más emoliente. Un plus? ponerte después de la aplicación calcetines de algodón con los que dormir y aumentar su efecto. Si, ya sé que es poco sexy, pero ah … todo dependerá de lo necesitada que estés.
4. DALE FORMA!
Ahora que tus pies están suaves, toca mimar tus uñas. Lo mejor es limarlas en forma ligeramente cuadrada, así evitarás que la uña se incruste en la piel (uña encarnada). Si prefieres cortar, corta recto usando un cortauñas adecuado, pero no uses tijeras.
Con respecto a la cutícula, es recomendable no cortarlas, ni si me apuras retirarlas hacia atrás, ya que con ello puedes provocar heridas e infecciones (y te recordamos que los pies son zona de guerra para hongos y bacterias).
5. Y COLOREA!
Porque lo más bonito de los pies en verano es lucir cada semana un arco iris de colores intensos, ¿no opinas igual? Creo que aunque seas conservadora en las manos, serás capaz de desmelenarte en los pies.
Pero primero, antes de empezar con la brocha, asegúrate que no han quedado residuos de crema sobre las uñas o conseguir que el esmalte se fije bien será misión imposible. Coloca los separadores entre los dedos de los pies y aplica una capa base seguida de 2 capas de esmalte. Desliza la brocha en carreras largas desde el centro de tu uña hasta la punta del dedo, luego haz lo mismo en el lado derecho y el izquierdo del dedo. Finalmente aplica secante con brillo. El resultado será perfecto.
¿Cual es el color más salvaje que has usado en los pies? ¿Conocías nuestra selección de productos? ¿Cual más nos aconsejas? Cuéntanoslo!
PHOTO CREDIT: Vogue | Tootsies | James Wojcik
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