Revista Sociedad

Sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas

Publicado el 28 enero 2013 por El Patíbulo

Se precisan estadistas, hombres que busquen el bien común y asuman todas las responsabilidades de sus hechos. Hace falta un Winston Churchill, que en algunas ocasiones fue molesto para sus compatriotas, ya que poseía la capacidad de predecir con sus análisis los acontecimientos futuros. Fue la voz de la conciencia de los ingleses. Su vasta cultura y versatilidad lo hacen inclasificable. Churchill era un genio, posiblemente el mayor estadista de siglo XX. Nadie pide tanto. Es célebre su primer discurso como Primer Ministro en la Cámara de los Comunes, en 1940 “Sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas“. Palabras que tenían sus antecedentes en la marcha sobre Roma, de Giuseppe Garibaldi. Un hito de la oratoria política.


Volver a la Portada de Logo Paperblog