Revista Diario

Sangre, sudor y gloria...

Por Sory


Lo que hace a la cirugía diferente del resto de especialidades, es (además de llegar allí donde otras no pueden) la soledad del cirujano muchas veces. Me explico… Un radiólogo, un internista, un médico de familia, en general, cualquiera con especialidad no quirúrgica e incluso alguno de los médico-quirúrgicos, pueden posponer decisiones, pensar, estudiar, reenfocar un caso… En cirugía, puedes, por supuesto, pero la mayor parte de las veces, antes de conocer el problema, o después analizando los resultados.

Nunca sabes a qué te vas a enfrentar en la siguiente guardia. Nunca que anatomía va a tener un paciente en concreto. No vale, el vuelva usted mañana… Allí estás tú, que has recibido al paciente, le has convencido de que hacer falta dejarle inconsciente (a veces ni eso) para abrir su cuerpo con un cuchillo y quitarle el mal que tiene dentro. Allí estás tú, para lo que pueda surgir. Tú y tus conocimientos, tú y tus habilidades… Ninguno de los que hay cerca puede ponerse en tu lugar. Hay veces que saldrías corriendo, pero no puedes, tú te has metido allí, con la confianza de alguien y tienes que salir con él vivo, y a poder ser su problema resuelto de la mejor de las maneras posibles. El anestesista duerme, la enfermera instrumenta, y con un poco de suerte tienes un buen ayudante, a veces (como les pasa a mis adjuntos) tienes que conformarte con te ayude una R2, que sabe mucho menos que tú y tienes que dirigir el cotarro e intentar enseñar mientras… Difícil no perder la calma alguna vez. Difícil, pero no imposible, doy fe…

Y sin embargo… Después de la batalla, del sudor, de otros fluidos de los que no hablaré aquí, de un sufrimiento coronario muchas veces… Después de superarlo (casi siempre se supera), la satisfacción personal, cuando las cosas salen bien, es superior a la que ninguna especialidad médica pueda darte. Hoy no hablaré de las complicaciones, no hablaré de que cuando un paciente se complica uno le da mil vueltas a cada una de las maniobras que hizo desde que dijo “hola” hasta el momento actual.

Y no hablaré, porque hoy ha sido un buen día. Porque después de un trabajado mes de agosto, del que dan fe unas cuantas guardias, sólo puedo decir una cosa… ¡Somos cojonudos!

Habrá momentos duros, por eso éste vale mucho más.

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