Que mi vecina me molesta con sus opiniones, y me atosiga con sus reprimendas hasta allí donde se acaba la espalda y comienza el escrache, pues le aplico la ley mordaza de mi desaire, y aplico esa frase que es auténtica filosofía en sí misma: a otra cosa mariposa.
Que resulta que La Nuri, mi sufrida, y Dios o el que sea no lo quiera, ha dejado deudas por todas partes e incluso se ha llevado cosas sin pagar, porque decía que ya las pagaría, pues ahí tiene la puerta y ya no es de mi familia.
En realidad, yo ya sabía que La Nuri, se había comprado un garaje para dos coches, e incluso dos coches, pero no le había dado importancia. Y eso que no tiene carnet de conducir, pero uno confía, y siempre está en otras cosas. Y es que eso de “llevar” una casa, es muy complicado hacerlo día a día.
Que mi hijo, el de los cumpleaños con confeti y grupo musical pagado por un amigo de la familia, deja embarazada a alguna de sus amigas que no ha podido tomar la píldora del día después, pues, sin dudarlo, que se case con ella, como manda la Iglesia. Pero eso sí, fuera de casa, y yo ya no tengo nada que ver con ese pendejo descastado.
Algunas veces seguir la doctrina del poder, a los que les han votado once millones de personas (como muy bien dicen ellos, y por cierto, aunque no se les pregunte), está bien, porque te ahorra mil y un problemas, y además no tienes que pensar. Directamente contestas eso de: ya no pertenece a mi familia y, el consabido, sanseacabó.
Tengo la impresión de que me voy a quedar bastante solo, pero, eso sí, sin problemas.*FOTO: DE LA RED