Una de las siluetas más reconocibles de la sierra de Collserola desde buena parte de Barcelona, L'Hospitalet, el valle bajo y el delta del río Llobregat es, con sus 388 m de altura sobre el nivel del mar, la popular montaña de Sant Pere Màrtir. Una atalaya privilegiada y carismática sobre las ciudades que cubren el llano de Barcelona y el curso final del río ( ver El Samontà y la Marina, el desconocido origen del alma de L'Hospitalet), conformando un inconfundible telón de fondo para buena parte del entorno metropolitano sur de la Ciudad Condal.
Esta colina, también llamada tradicionalmente Puig d'Ossa o -sobre todo entre el vecindario desconocedor de su verdadero nombre- " la emisora", destaca por su visible antena metálica de comunicaciones instalada por Televisión Española en los años 60, la cual hace de improvisado mojón fronterizo ( ver El invisible y superviviente mojón histórico de la calle Enric Prat de la Riba) entre los términos de Sant Just Desvern, Esplugues y Barcelona. Un relieve formado por la erosión de las rocas metamórficas que forman el zócalo de la sierra de Collserola que, a su vez, es la cima más al sur de esta parte de la Cordillera Litoral catalana.
Punto estratégico de vigilancia del Baix Llobregat y el Barcelonès -el cual, aunque está bien comunicado, da pie a una dura y empinada caminata- en su cima se encuentran los restos de la ermita que, dando nombre al monte, fue dedicada a San Pedro Mártir. Convertida en fortificación durante el siglo XIX, en su proximidad aún se mantienen los restos visitables de una batería antiaérea de la Guerra Civil.