Yo no sé vosotros, pero a mí, cada vez que se acercan estas fechas, me abordan recuerdos de mi infancia, bueno más bien un recuerdo. Porque aunque no os lo creáis, sucedió algo cuando era un niño que todavía hoy sigo arrastrando.
Supongo que todos hemos tenido algún regalo de Navidad que no hemos logrado conseguir. Supongo también que la mayoría lo habrá superado, pero en mi caso, sigo soñando con ese regalo, y cada Navidad, me asalta el recuerdo de ese deseo.
Hubo un año, en el que estaba seguro de que Papa Noel me lo iba a dejar, lo había escrito en la carta, lo había gritado a los cuatro vientos, lo escribí, lo dibujé, y seguramente, hasta puede que lo cantara. Así que ese año estaba seguro. Esas Navidades las pasamos en Andalucía con mis abuelos, recibí muchos regalos, pero toda mi ilusión estaba puesta en el “regalo” que Santa me habría dejado en mi casa.
Así que, después de un viaje de unas diez horas, del cansancio y del sueño, porque llegamos de noche, me faltó tiempo para entrar en casa y registrar toda la casa, habitación por habitación, rincón por rincón hasta que encontré los regalos. Sin pararme a pensar si quiera porque Papa Noel los habría escondido dentro de un armario, cogí el que llevaba mi nombre. Un paquete rectangular del tamaño y apariencia adecuado cuyo envoltorio destrocé sin contemplaciones para descubrir que un año más, me había quedado sin él.
Totalmente desencantado por dentro e intentando demostrar alegría por fuera, celebré el tren eléctrico que me había dejado Papa Noel, pero en realidad esas no eran las pistas ni los vehículos con los que yo tenía que seguir soñando. Durante toda mi infancia seguí, cada Navidad, esperando poder hacer las carreras que tanto tiempo llevaba imaginando en mi cabeza, pero cada año seguía sin suceder. Y así, me fui haciendo mayor, comprendiendo cosas, descubriendo verdades, pero mi deseo seguía presente en mi corazón de niño.
Hace poco estuvimos en casa de uno de esos primos que en realidad no lo es, pero que a o todos los efectos es como si lo fuera, porque en realidad los primos segundos son nuestros padres. En fin, que sacó su circuito y estuvimos jugando un rato con cangrejito, que descubrió el poder hipnótico de ese juguete. Viendo su reacción, en mi interior brotó una semillita de esperanza, porque si él quería una yo nos lo se lo iba a comprar.
Y los he mirado mucho, me he puesto al día, pero en el proceso he descubierto algo que me ha sorprendido muchísimo no, lo siguiente. Porque combina a la perfección dos cosas que me atraen, las pistas de carreras y los videojuegos, y no, no es un nuevo juego de consola. Es el nuevo circuito de carreras de Hot Wheels con coches queincorporan Inteligencia Artificial que hace que no se salgan de la pista, ya que no llevan guías, además tiene un aspecto tecnológico y futurista, son las carreras del futuro aquí y ahora.
Después de investigar un poco sobre el circuito de carreras con inteligencia artificial de Hot Wheels, he decido que el pasado es el pasado y que lo que importa es el presente, aunque parezca venir del futuro, porque los coches llevan unos sensores que hacen que no se salgan de la pista, alcanzan una velocidad increíble y el mando permite lanzar obstáculos virtuales a los demás corredores, como si estuvieras jugando a un vídeojuego.
Además, la pista es muy novedosa, fácil de montar y desmontar, y lo más importante, con los 20 tramos que lleva puedes configurar 40 pistas diferentes, una locura en toda regla. Aunque a mí personalmente lo que más me flipa es lo de la IA de los coches, vamos como no me gusta la tecnología, si encima me dejan jugar con ella…
Pero es que la cosa no queda ahí, porque tiene tres tipos de juego: Libre, práctica y campeonato. En la primero puedes conducir el coche fuera de la pista como un coche teledirigido. En el segundo, puedes conducir en el circuito en solitario, para practicar o intentar la vuelta más rápida. Y la tercera opción la de campeonato, en esta corres contra tus amigos o contra la propia máquina, un espectáculo.
He jugado a muchos videojuegos de conducción y de carreras, pero creo que el circuito inteligente de Hot Wheels va un paso más allá, es como una nueva dimensión, porque mientras conduces tu coche con inteligencia artificial a 180m/hora sin salirse de la pista y evitas los obstáculos de los otros corredores, por los altavoces suenan anuncios y sonidos realistas de carrera que terminarán de sumergirte en una carrera alucinante.
&pmu;&event;&signature;¿Estás listo para la carrera? Yo sí, así que Santa, ya lo sabes, me lo debes y LO SABES.