Nacimiento de las niñas.
Iglesia de Nogent-les-Vierges.
Cuando tenían trece años, murió el rey Ella, y el trono pasó a su hijo, el príncipe San Espian (15 de enero), el cual quiso compartir la corona con sus hermanas. Estas, que habían hecho voto de virginidad, solo querían vivir para Cristo, y para ello renunciaron a compromisos con excelentes príncipes que su padre había arreglado antes de morir. Contagiado con ellas, Espian dejó el gobierno y los tres huyeron en un barco hacia el continente, con el deseo de visitar Roma y Jerusalén. Embarcaron en Edimburgo y navegaron hacia Bretaña. Varios portentos ocurrieron en la travesía, como que el rostro de Maura resplandecía tanto que no necesitaban velas por las noches, y que un joven la pretendió y quedó ciego al contemplar su radiante luz.
Ya en tierra, descansaron en una posada y mientras dormían un bandido se metió en la habitación de las niñas para robarles y violarlas, pero vio entre ellas a un ángel que con ornamentos sacerdotales, agitaba un incensario sobre las chicas, protegiéndolas. De Bretaña pasaron a Roma, donde veneraron las tumbas de los santos Apóstoles y de los más insignes mártires. Allí se les unió un joven llamado Urcisino, con el que se fueron a Jerusalén, donde vivieron un tiempo, venerando los Santos Lugares y atendiendo a peregrinos y enfermos.
El grupo de peregrinos.
Iglesia de Nogent-les-Vierges.
Llegando a Balagny, territorio de Beauvais, todo el grupo fue atacado por una horda de bárbaros que los masacraron. Espian se puso ante sus hermanas para protegerlas para que huyeran, al tiempo que rezaba el paternoster, pero le cortaron la cabeza antes de terminarlo. Entonces tomó su cabeza y se fue donde las hermanas, la puso a los pies de Maura y la cabeza dijo "libera nos a malo", y las hermanas respondieron "amén". Las dos princesas, Aldegundis y su hijo Juan, fueron decapitados. Solo se libró Urcisino, que se había apartado del grupo, a causa de una premonición sobre que pronto se cumpliría la visión que había tenido. Al hallar los cadáveres, informó a los aldeanos de Balagny de lo que había ocurrido, y los mártires fueron enterrados con devoción.
En 654 la reina Santa Bathilde (30 de enero) ordenó trasladas las reliquias al monasterio de Chelles, pero a mitad de camino, las dos novillas blancas que transportaban las reliquias se negaron a caminar al pasar frente a la iglesia de Nogent, donde fueron depositadas con gran júbilo por parte de los pobladores de la ciudad. Gran culto y devoción tuvieron los mártires, sobre todo Maura, durante siglos. En 1185 Urbano III autorizó la elevación de las reliquias, otorgó numerosas indulgencias y concedió privilegios económicos y espirituales al santuario de Nogent-les-Vierges. Especialmente piadosa era la peregrinación el domingo de las Octavas de la Ascensión y de San Juan Bautista. El culto prácticamente se suscribe a la diócesis de Beauvais, en Fierbois, cerca de la célebre iglesia de Santa Catalina hay una iglesia dedicada a la memoria de Santa Maura, en el sitio donde la tradición pone estuvo la casa de Geroncio y Joel, que sería levantada por el mismo Geroncio en acción de gracias al conocer el martirio. Pero es un templo muy posterior que data lo menos del siglo XIII.
Devotos ante las reliquias.
Iglesia de Nogent-les-Vierges.
Los Bollandistas incluyen la leyenda en su recopilación de santos, pero advierten que no le dan credibilidad alguna.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo VII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.
Ver también "Santos Cefalóforos"
A 13 de julio además se celebra a
Santa Sara, abadesa carmelita.
San Anacleto, papa.
La Defensión de Santa Trófima sobre Minori.