Las reuniones no son sagradas, aunque hay quienes las han convertido en algo religioso:
- Algunos tienen una fe tan ciega en ellas, que creen que es la única aproximación a sus objetivos, olvidando otras vías.
- Hay que vigilar no cometer un pecado contra las agendas.
- A la mayoría de los participantes, les gustaría que se acabaran en un santiamén
- Algunas, “religiosamente periódicas” deberían revisar su recurrencia.
- No hay que esperar que se comulgue con todo lo que proponemos, ni demonizar las discrepancias. Acojamos la discrepancia constructiva.
- No hay caer en la tentación de buscar el lucimiento personal, sino el beneficio colectivo.
- En reuniones, la fe no obra milagros, pero los datos a veces sí.
- No deben servir para crucificar a nadie
- Confesarse, reconociendo errores, puede ser la salvación de tu futura credibilidad
- Existen los 10 mandamientos en las reuniones que no debemos olvidar.
- Una reunión debe favorecer la interacción y alejarse de las homilías.
- Evitar desviarse del buen camino (la P de parking, ayuda)
- Gestionar bien los conflictos para acabar dándonos la paz
- Las malas reuniones crean agnósticos-reunioniles
Todos tenemos una parte de responsabilidad para resucitar la buena imagen de las reuniones (vale, algunos más que otros).