Santero y los muchachos en bee week: 'señoras y señores, déjense de hostias' [crónica]

El invierno dio paso a la primavera y, cuando quisimos darnos cuenta, entre borrasca y borrasca, la tercera edición del festival Bee Week ya había comenzado en Madrid. Tras los primeros conciertos de 84 y Alex Wall, turno de Santero y los Muchachos y por duplicado, 21 y 22 de marzo. Un año después de actuar en el Teatro La Jaramilla de Coslada, nuestros caminos se cruzaron por enésima vez, en la capital y en formato eléctrico con permiso de cierta sección de vientos... 

Por partes, viernes 21 de marzo, Teatro Barceló, todo vendido, 21:00 horas y allí aparecieron puntuales los hermanos Escrivá, Miguel Ángel (voz y bajo), Josemán (guitarra) y Javi (teclados), Soni Artal (guitarra) y Pau García-Serra (batería). El grupo valenciano se disponía a finalizar su gira de salas invernal 'Una noche con...', aquella en la que presentaba su primer disco en directo Una noche en Les Arts. Un par de canciones tardó Miguel Ángel en dar la bienvenida al "curso de Santería" y poner a toda la parroquia a corear el Homenaje de aquel debut Ventura de 2017: "Arda la hoguera, todo lo sentido y querido muera, arda el recuerdo como la madera".

"Y esta, como suelo decir, basada en hechos reales, ¡vamos con Sheriff!", y tal y como alguno pronosticó al escuchar Royal Cantina por primera vez, Sheriff se ha hecho un merecido hueco en el repertorio en directo. Por cierto, sobre el escenario de Barceló también pudimos disfrutar del "Vendaval Santero", su sección de vientos de confianza, que también puso su granito de arena para que la canción Ventura desatara la locura en el abarrotado recinto —aforo de hasta 350 personas—. Incluso cayó confeti en esos primeros 30 minutos redondos de concierto en los que  Miguel Ángel, Josemán, Soni, Pau y Javi volvieron a demostrar que las salas se les quedaron pequeñas hace años.

¿O acaso es la primera vez que lees por aquí que Santero y los Muchachos tienen incondicionales, repertorio y tablas para recintos más grandes? Aquí en Madrid, allí en Valencia o donde surja, ¿verdad? No se trata de repetirse sin más, en absoluto, pero resulta que el mismísimo Coque Malla opinó eso también horas después: 

"Me explota la cabeza cuando veo una banda de cincuentones ya, con semejantes tablas, semejantes canciones, presencia, talento y buena energía, sentido del humor, elegancia, y todos los atributos imaginables de una banda de rock de verdad e inmensa, tocando en recintos de 800 personas; y por otro lado, bandas y más bandas con una inquietante carencia de todos y cada uno de esas virtudes, abarrotando estadios, recibiendo premios, elogios y palmadas en la espalda. Sigo sin entender nada (...) Señoras y señores, déjense de hostias: Santero y los Muchachos".

¿Qué?, de acuerdo, por partes. Sus feligreses lo corearon absolutamente todo durante la noche del viernes y Déjame ser y Amigo infiel tampoco fueron las excepciones. Por ello, en adelante me ahorraré la aclaración de "el público coreó" o derivados, porque eso sí seria repetirse sin más. "Estuvimos aquí hace muchos años (...) el esfuerzo y las cosas bien hechas tienen su premio, hoy tenemos aquí a quien nos dejó abrir esa tarde para ellos", y el cantante y bajista se refería a Juancho de Sidecars, precisamente quien ya colaboró con ellos aquella noche en Les Arts en la misma canción que entonaron juntos en Barceló, Dragón, otro de los momentazos de su paso por Bee Week 2025: "¿Quién va a ser?, ¿quién va a prohibir? Perdernos por cualquier jardín, lanzando fuego de dragón, sonriendo al decir que 'todos vamos a morir'".

"Nos va tan bien que despilfarramos el dinero en escenografía (...) un sueño húmedo hecho realidad", bromeó Miguel Ángel a propósito de la barra de bar que apareció allí arriba y desde la que dio paso a Héctor Rojo, músico que ha trabajado y trabaja con nombres de la talla de Jorge Drexler. Así, entre unos y otro, llegó la hora de otro tema de Royal Cantina que llegó a las giras para quedarse —¿y que incluyó algún recado para nuestra querida clase política?—, Brindis escoba: "Brindaste por lo que eres, por lo que tienes, por lo que sabes. Hazlo mejor ahora, con este brindis escoba que barre, brindando por lo que te sobra". Eso mismo ha sucedido con Carretera de El Saler, que para la ocasión contó con la presencia en la "barra" de la persona que compró las primeras entradas para este concierto. La gente estaba tan a tope que sufrimos una plaga de "grillos" durante esa misma canción...

"Otro sueño húmedo fue viajar a México (...) ¿Queda algún pulquero en la sala?",  y el paréntesis mexicano inevitablemente terminó siendo otro momentazo al son de Día de muertos, con espontánea incluida sobre el escenario para rematar, aunque dio la sensación de que solo Soni se enteró de aquello. "Sabes que el vuelo bravo es con caída y no hay canción si no hay herida. Ser perdedor para contar que perder te enseñó siempre más que ganar", nos habían dado las 22:00 horas y El perdedor sonó dedicada al colega Santiago Alcanda y que casualmente por allí estaba también —"perdedor" con cariño, se entiende, en Radio Nacional debe de llevar más tiempo que la antena—. 

Confirmado, sonaba la traca final de una nueva ceremonia más allá de lo musical en la que no faltaron otros títulos como Volver a casa o Estamos bien. Una velada que concluyó definitivamente con —el apenas radiado— Walk this Way de Aerosmith y Run DMC, en modo hilo musical, mientras sobre el escenario Miguel Ángel, Josemán, Soni, Pau y Javi saludaban, agradecían y obsequiaban al personal con cabriolas y algún atisbo de 'break dance'. Broche de concierto y gira a la altura de un grupo preparado para lo grande, pero al parecer esos grandes recintos y audiencias todavía no están preparados para ellos. "Señoras y señores, déjense de hostias", Coque Malla no podría haber estado más acertado horas después en sus redes.

Texto y fotografías: Alberto C. Molina