Vinilo Azul. -
“Santi Cazorla y las lesiones”
Permanece en nuestra retina la visión del fútbol a través de los éxitos, los campeonatos, los triunfos y, por supuesto, los honorarios de las estrellas y de otros muchos que los convierten en unos privilegiados en este mundo donde cada vez existe una mayor desigualdad. Pero, como en casi todo en la vida, hay zonas oscuras en las que el sufrimiento y el dolor no entienden de clases ni de dinero.
Y a uno de los nuestros, a un futbolista asturiano y oviedista, le ha vuelto a tocar una lucha más allá de los terrenos de juego. Una pelea por seguir practicando lo que también es su pasión: el fútbol. Él es Santi Cazorla, un tipo entrañable, siempre con su sonrisa positiva en la boca, sabedor de lo que es alcanzar la élite tras muchos sacrificios, desde lo más bajo de la pirámide.
Cazorla ya ha conocido en varias ocasiones el rigor de las lesiones y, a causa de alguna de ellas, se ha perdido alguna de esas citas futboleras que marcan. En 2009, en plena carrera por hacerse con un puesto en la lista definitiva para el Mundial de Sudáfrica -en el cual España se proclamaría campeona- el de Lugo de Llanera sufría una fractura del peroné de su pierna derecha, dejándolo apeado de esa carrera por hacerse con un puesto para disputar esa histórica fase final. Sus desdichas no terminarían ahí: las constantes molestias sufridas en su espalda producto de una hernia discal le hicieron pasar por el quirófano para una nueva operación en 2010. Años después, convertido en líder indiscutible de los legendarios “gunners”, el Arsenal, también sufrió una lesión de tobillo a comienzos de la temporada 2013-14. Cinco semanas más en el dique seco, mucho menos en comparación a otras, y que no impidieron que firmase otra gran campaña.
Cuando todo parecía encarrilado en Londres, convertido en uno de los ídolos de la afición, capitán del equipo, el destino le reservó otra prueba, quizás la más grande de toda su carrera, al bueno de Santi. En octubre de 2016 se retira cojeando del terreno de juego en un partido frente al Ludogorets búlgaro. Desde ese momento, ocho visitas al quirófano. Ocho centímetros de su tendón de Aquiles consumidos por una devastadora infección. Mientras redacto estas líneas, está prevista una nueva operación más, según ha anunciado él mismo a través de las redes sociales desde Salamanca donde trataba de recuperarse con la ayuda de su fisioterapeuta de confianza. La imagen del injerto de piel procedente de su antebrazo -con el pedazo de tatuaje incluido- situado en el tobillo era impresionante.
Los renglones torcidos de la vida ponen a prueba a muchos de muy distintas formas. A Santi Cazorla le han marcado las lesiones y el sacrificio que supone recuperarse de ellas para volver a la alta competición. Siempre lo ha afrontado con ánimo y una gran sonrisa. Así que sólo nos queda desearle que nunca decaiga ese ánimo y que esa gran sonrisa suya no se apague para vencer al destino cruzado que se empeña en alejarle de los terrenos de juego, de su gran pasión.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "DOviedo" del diario "El Comercio" el domingo 3 de diciembre de 2017.