¿Qué más decir de Santiago de Compostela que no se haya dicho ya? Este verano, he tenido la suerte de ver la belleza de esta magnífica, inigualable y más que maravillosa ciudad, también a través de los ojos de mis hijos… Una experiencia inigualable.
Después de tantos años sin visitar Santiago, lloré al llegar a la Plaza del Obradoiro, lo reconozco. Y ya sé que soy bastante llorona, pero no me cabe dentro tanta belleza y emoción juntas. También tuve tiempo para algunas fotografías…