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Santiago Montobbio. Hasta el final camina el canto

Publicado el 04 septiembre 2015 por Santosdominguez @LecturaLectores
Santiago Montobbio. Hasta el final camina el canto
Santiago Montobbio.Hasta el final camina el canto.El Bardo. Barcelona, 2015.
Tras veinte años de silencio, Santiago Montobbio escribió en 2009 una asombrosa cantidad de poemas: cerca de mil textos acumulados compulsivamente como un poseído por la palabra y el ímpetu creativo, en un proceso de escritura febril que había empezado en primavera y se repitió en el verano y el otoño hasta casi completar ese millar de poemas del que este tercer volumen recoge una cuarta parte, la que se compuso entre el 31 de julio y el 17 de agosto. 
Publicados ya dos tomos bajo el título La poesía es un fondo de agua marina y Los soles por las noches esparcidos, esta tercera entrega -Hasta el final camina el canto-  recoge casi doscientos cincuenta textos de esa escritura torrencial y volcánica, unidos con los anteriores no sólo porque responden a un mismo momento creativo y a idéntico ímpetu, sino porque insisten en la exploración de temas y actitudes que Santiago Montobbio había mostrado en ellos.
Por ejemplo el equilibrio entre la mirada exterior y la interior, que se anuncia como resumen y obertura en los primeros versos del libro:
No hay casi biografía. Todosucede por dentro.
Y  a partir de ahí, una serie de líneas de fuerza que vertebran temáticamente el libro: la perplejidad de la mirada ante la irrupción del misterio, el destello de la revelación en el paisaje, la evocación del pasado y el constante discurrir de lo exterior a lo interior, de la reflexión personal al diálogo con los otros, de las playas y los pinares a la conciencia de la temporalidad o al sentido revelador del lenguaje y la reivindicación de la poesía como forma de consuelo y de conocimiento, como actitud interrogativa ante el mundo en textos como este:
¿ADÓNDE LLEGO? ¿ADÓNDE VUELO? ¿Adónde soy? Adónde, a nada, a nadie, al todo hecho astillas en que canto y en que me vivo. Llego, vuelo y soy. Arribo, alcanzo. Hiero. Tiemblo. Y pueblo el mundo de adioses y miradas y enredaderas que trepan por la nada adonde me cifro y llego, en donde soy respiro y aliento íntimo de una herida última en la que la palabra germina. Su desierto me nombra y me calcina. Por él yo avanzo. Y mientras ando o canto me deshago. Así te llegan mis huesos, o así te los entrego. Un firmamento de misterios. 
Tiempo y verso como ejes que se anuncian desde el mismo título con el final y el canto. Lo resume así el poeta en su nota introductoria:
“Porque está el final con esta conciencia y de este modo, como ha de estar en la poesía: como horizonte y anhelo, como búsqueda infinita y que no termina y que por eso mismo hasta allí va y camina, hasta el final, la raíz o la fuente, que es también el fondo de agua marina que dice que es la poesía el primer libro y los soles por las noches esparcidos de los poemas el segundo, y tras ellos y para completarlos y continuarlos solo decir y añadir con ello una verdad: Hasta el final camina el canto.”
Así el canto de camino hasta los versos que cierran el libro:
No vuelven las sombras. Con los días y los poemas se van, y vienen otras. Son también sombras, pero otras. La música de las palabras las retrata, y se suceden como un río cuya agua es una soledad en la que canta.
Santos Domínguez
Santiago Montobbio. Hasta final camina canto

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