SANTILLI, P. Vicente, SDB
Anita-Nunkui. Misionera laica extraordinaria. (Editorial Salesiana, Lima, 2018, 55 pp)
El autor, buen conocedor de la vida y misión del P. Bolla y los achuar, quedó fascinado por su valiente personalidad misionera. "Nada la detenía ante las dificultades, al contrario sacaba fuerzas y coraje de todo" p.5, dedicando su vida a los achuar durante 14 años entre Ecuador y Perú y otros 9 años en el Vicariato de Requena.
Tras una breve introducción en la que se brinda la panorámica misionera de Annelise Permandinger (1946-2002) nos expone su vida y misión en siete apartados: Orígenes (lideresa desde pequeña, amaba el campo y la libertad), misionera laica en Ecuador (P. Luis Bolla entre los achuar, Anita salva su vida), arriesgada y radical (preocupada para conseguir ayudas económica, en las cárceles de Lima, una chalupa en lugar de un caballo, relación epistolar con Yánkuam (noticias reconfortantes, vacunas en el Maki, muerte del papá de Yánkuam, una carta antes de su llegada) nuevamente en Chuwintar como enfermera, en el vicariato de Requena (pide ayudas a Cáritas Austria, relación epistolar con el obispo, enfermedad de Yánkuam, enfermedad y muerte de Anneliese, Anita gigante de la caridad).
Nació en Linz – Austria, el 30 de julio de 1946 y le tocó sufrir los avatares de la postguerra europea. Para los Achuar era Nunkui o Anita.
En su juventud, por algún tiempo, fue novicia de una congregación Misionera, en Weinberg pero "se retiró porque se dio cuenta que esas hermanas vivían con muchas comodidades y no tomaban decisiones valientes para salir a las fronteras misioneras" (p.12)
El año 1970 llega al Ecuador y trabaja algún tiempo con las hermanas Salesiana en Sevilla-Don Bosco, frente a Macas. Em 1972 la encontramos en Punpuís. Allí fue donde Anita y el P. Luis Bolla hablaron e intercambiaron sus proyectos misioneros a favor de los Achuar. Pasa también algún tiempo en Taísh, pero se establece entre los Achuar de Pumpuinsi.
Enfermera abnegada y sacrificada salvó muchas vidas. Enterada de que el P. Bolla estaba con fuertes fiebres palúdicas, Anita recorrió varios días y atendió al padre con medicinas oportunas. Suele decir el P. Bolla que, si no llega a tiempo Anita, hubiese terminado su ruta misionera el año 1972. Gracias, Anita, por tus servicios y entrega misionera.
El año 1972 se establece con los ylpiáku, el grupo más guerrero entre los Achuar. Allí abrió la primera escuela de la comunidad e hizo de maestra.
En 1975 abre también la escuela de Wámpuik. Unas fiebres palúdicas malignas la obligaron a salir de la zona. Viaja a Austria para reponerse y conectarse también con algunas instituciones que la ayudarían más tarde.
En 1978, la encontramos en Lima, trabajando en las cárceles, viviendo en un barrio muy pobre. Al principio su casita no tenía ni puerta.
Anita deseaba a la Selva y continuar su trabajo con los Achuar. En este tiempo se conecta con Monseñor Miguel Irízar Campos, Obispo Vicario Apostólico de Yurimaguas y le expone su deseo de trabajar en el alto Pastaza.
En el viaje que el P. Bolla hace al Perú para ver la situación de los Achuar (llamados aquí achuales), Mons. Irízar pregunta al P. Bolla: ¿Aceptamos a Anita en nuestro Vicariato de Yurimaguas para trabajar con el pueblo Achuar? La respuesta del P. Bolla fue sincera: «Acéptela, ya que es una buena misionera». Esto era a principios del año 1979.
En Mayo de 1979 Anita viene a Yurimaguas como misionera seglar y se sitúa en la zona Achuar en el alto Pastaza.
En Wisum, en 1982, inicia la formación de los primeros animadores cristianos (etserin) Achuar. Invita a este curso al P. Bolla, que trabaja en la otra parte de la frontera.
En el año 1984 el Padre Luis Bolla (Yánkuam) pasa al Vicariato Apostólico de Yurimaguas para establecerse en las comunidades Achuar. Anita le esperaba en Lorenzo y lleva al P. Bolla hasta Huituyacu, afluente del Pastaza. Anita era una experta motorista, ella manejaba su chalupa con el motor fuera borda.
El P. Bolla se establece en las comunidades de Pankintsa y Kuyunta, zona conocida por Anita.
En 1984 encontramos a Anita en Katira y Yankuntic, lugar donde más tarde se establece. En 1985 toma vacaciones y pasa un tiempo en Lima haciendo una pastoral muy efectiva en barrios pobres.
El año 1988, con la ayuda de Cáritas de Viena, se establece en la comunidad Achuar de Chuwintar, un centro de atención médica. Anita puso muchas ilusiones en ese Centro, pero fue ella origen de grandes dolores de cabeza y preocupaciones.
El año 1989 Anita sale de la zona Achuar y se establece en Lagunas, río Huallaga, desde donde atiende a las comunidades del río Nucuray, principalmente a los Candoshi.
Sabemos por algunos amigos de Anita que el año 1990 tuvo planes de trasladarse a Mongolia, país de minoría cristiana, pero desistió de sus planes por la dificultad del aprendizaje del idioma.
En febrero de 1991 asiste a Lima al COMLA 4 (Congreso Misionero Latinoamericano) donde se encuentra con muchos misioneros conocidos, tanto del Perú como del Ecuador.
El año 1993, después de 14 años en el Vicariato de Yurimaguas y de acuerdo con Monseñor Víctor de la Peña, Vicario Apostólico de Requena y con Monseñor José Luis Astigarraga, Obispo de Yurimaguas, pasa al Ucayali en el Vicariato de Requena y se ubica en los ríos Tapiche y Blanco, residiendo en la comunidad de Santa Elena.
Hacia mediados de 2002 manifiesta deseos de retornar al Vicariato de Yurimaguas. Pocas semanas antes de morir, llamó al Vicario Apostólico de Yurimaguas, a las Carmelitas y a los Misioneros de Jesús.
Gravemente enferma, la atienden con mucho amor y cariño en Iquitos, personalmente el personal de Cáritas Iquitos.
Viendo que su mal se agravaba, la trasladaron a Lima, al Hospital Cayetano Heredia. Allí fallece la noche del 16 de agosto del 2002, a los 56 años de edad.
Sus restos fueron velados en el Convento de los Descalzos del Rímac, por residir ahí el Procurador de las misiones de Requena.
Por manos de Anita han pasado cantidades ingentes de medicinas y ayuda para la gente enferma y necesitada, pero su última enfermedad y fallecimiento la encontramos en una pobreza evangélica y extrema; tanto que las Hermanas de la Compañía Misionera que la acompañaron en su muerte tuvieron que mendigar una tumba a los Padres Pasionistas en la Planicie, donde descansan sus restos.
Annelise Permandinger | Vicariato Apostólico de Requena (vicrequena.org)