Sobre la vida de Simeón poco se conoce, pues su obra ha ocultado sus datos biográficos. Aún así, entresacando de algunos autores, una biografía puede componerse: Nació Simeón en el siglo X en Constantinopla, y a juzgar por sus estudios, o era de familia rica o fue protegido por algún prelado. Estudió retórica y filosofía y en ambas materias destacó por encima de otros de su tiempo. Fue estimado por el emperador, que se sirvió de su prudencia y estilo retórico para defender algunas causas y alcanzar consejo en asuntos de gobierno y justicia.
Pero como decía al principio, la principal obra de Simeón fue su extensa y profunda investigación sobre los mártires. Desde los siglos IV en adelante, pululaban Actas de Mártires, algunas reales, otras falsas y otras con tintes heréticos para defender algunas doctrinas agnósticas. El santo recopiló (metáphrasis, compilación) las historias de santos que aún en su tiempo se leían en la liturgia, entresacando aquello que no era cierto o no tenía consistencia histórica. Aunque hay que confesar que aunque se le atribuyen lo menos 500 “vitae”, en realidad de su mano se pueden certificar unas 150 (según los Bollandistas), y entre estas, alguna legendaria se le coló. El Metafrastes cita y toma sermones de Agustín, Jerónimo, el Crisóstomo o Basilio como prueba del culto de los santos. Aunque reseña alguna leyenda, su estilo es limpio, en ocasiones retórico y sobre todo, su intención es la mejor: separar lo falso de lo verdadero, separando los santos según los días y meses del año.
"El Metafrastre".
Obra griega del siglo XIV.
Simeón sigue la estela de Eusebio y su "Martyribus", la época de San Gregorio Magno (12 de marzo y 3 de septiembre, elección papal) y su "Gesta Martyrum", o San Beda (25 de mayo) y su martirologio. Y a su vez, Simeón sería seguido por San Adon (16 de diciembre), Floro o Usuardo, el cual recopiló los martirios de los santos cordobeses. Y luego tendríamos al gran redactor de leyendas, el Beato Santiago la Vorágine (13 de agosto), a Baronio y su martirologio, y por supuesto, a los excelsos Bollandistas y su ingente obra, permanente desde el siglo XVII hasta hoy: una investigación permanente sobre los mártires, santos y sus cultos. En esta misma época hemos de situar a otro gran estudioso: Ruinart con su célebre purgación de las "Actas de los Mártires", y entre los españoles hallamos a Ribadeneyra y su célebre "Flos Sanctorum". En el siglo XVIII tendríamos a alban Butler y su cuidadosa hagiografía, publicada como "Vidas de los Santos", a la que dedicó 40 años de su vida. Los siglos XIX y XX serían los más críticos con la hagiografía: el racionalismo y la crítica harían mella sobre todo lo hagiográfico, tildando de falso todo aquello que no pudiera probarse como histórico estrictamente. Pero aún así, hay obras y autores hagiográficos de consideración, como el "Año Cristiano" de la BAC
Fuentes:
-Vidas de los Santos. Tomo XI. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Flos Sanctorum". RP. PEDRO DE RIBADENEIRA. Tomo III. Madrid, 1876.
-"Diccionario de los Santos" C. LEONARDI, A. RICCARDI Y G. ZIARRI. Ed. San Pablo. Madrid, 2000.
A 27 de septiembre además se celebra a Santos Adolfo y Juan de Córdoba, mártires.