No me enfado, en serio, está bien no creerte nada de esta historia de Mapmakers. Estoy de acuerdo que suena muy a marketing lo de que somos agentes de cambio y que hemos de dibujar nuestro propio mapa con nuestras propias reglas. Si te soy sincero, yo también he pasado por este proceso, cuando me hablan de agente de cambio lo primero que me imagino es a un tipo con corbata gritando como un desesperado una de estas dos opciones: compro o vendo. Si encima de esto me cuentan que tengo que dibujar un mapa, ya es que me dan ganas de tatuarles un ánfora y lanzarlos en algún lugar recóndito del Mediterráneo o ver si un arqueólogo los encuentra usando su mapa de marras. En serio, es normal no creerte nada. No eres el primero ni serás el último. La humanidad está llena de gente que no cree, que no quiere creer, y que está dispuesto a hacer lo necesario para no creer. Esto de romper con los esquemas preestablecidos no va contigo, y si no te dan pruebas, tu solo crees en que sólo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, y de lo primero no estás muy seguro.
Necesitas datos, hard facts que dirían los ingleses. Pero es que entonces tenemos un problema muy grande, porque los datos están bien si te gusta la estadística y eres fan de Torquemada. Porque por mucho que tortures una covariancia puede que te de información pero no conocimiento. Te dirá que son cuatro, pero no sabrá transmitirte a que huele el pelo de la persona a la que amas, ni podrá describirte la sensación que produce ver elevarse el sol en el desierto de Napa. Irás por la vida armado con datos pero vacío por dentro, me recitarás la lista de los reyes godos, las primeras cien cifras del número pi, pero no serás capaz de decirme que te hace feliz, que te hace levantar cada día y seguir viviendo. No, no me hagas trampas, no vale decir las tonterías de siempre, que si mis amigos o que si mi pareja, que no. Que antes que fraile yo era monaguillo y me bebía el vino de sacristía y me hacía unas quenelles con las sagrada forma. Puede que tu te creas lo que estás diciendo, pero sabemos que algo no acaba de funcionar, o acaso te vas a dormir todos los días con una sonrisa, has provocado un cambio en la vida de otra persona, has mejorado este mundo tal y como lo conociste esta mañana, o simplemente te vas a la cama después de ver una serie tonta de televisión deseando que sea fin de semana para dormir todo el día.
Es curioso, no te crees lo que yo te cuento pero te crees tus propias historias. Y esta es la clave de todo, creer. ¿Crees que puedes aportar algo más?, ¿crees que tienes más valor que simplemente ser una pieza anónima en una cadena de producción?. Se honesto, sabes que vas a decir que si. Todos pensamos que somos algo más de lo que nuestra vida refleja, que tenemos algo más que ofrecer de lo que actualmente hacemos.
No, por favor, más excusas no. Que esto de que la gente que se ve feliz y plena cuando tiene lo justo para ir viviendo son idiotas es un tópico bastante absurdo. Sabes perfectamente que la felicidad no consiste en tener más, sino saber apreciar todas las cosas que tenemos a nuestro lado, y no me refiero tanto a materiales sino más bien a personas. Ese amigo que siempre soporta estoico nuestras quejas sobre el trabajo, o la amiga que escucha nuestros lamentos porque no encontramos a nuestra media naranja.
Vale, tu estabas pensando en los que van diciendo esto de dibujar tu mapa y parece que viven dentro de una película de esas de Hollywood, donde la gente va en masa a sus conferencias y que encima tienen tiempo de tener un blog, un trabajo, hacer deporte y perfilarse las cejas con rayo láser… pues que quieres que te diga, pues quizás tengas razón. Puede que sean hijos de papa, o que no tienen responsabilidades y no saben que la vida es muy dura, pero el caso es que ellos no son tú. Ellos viven la vida que han escogido dentro de sus opciones. ¿Te crees tu que si tu padre manejara una cuenta corriente con más de seis ceros tu harías las cosas de otra forma?, serías igual que ahora pero con más dinero, quizás con más títulos o con un título de más prestigio que el que tienes ahora y tus contactos serían de mayor nivel. Pero tu, seguirías siendo tu, no te puedes esconder detrás de una montaña de dinero.
En el fondo, la pregunta sigue siendo la misma, ¿eres como Santo Tomás o estas dispuesto a creer?
Foto @ Eva Isart
Publicado en MapMakers
Esto es un resumen del artículo Santo Tomas Reloaded escrito para Exelisis. Visita la web para más información y compártelo si crees que es interesante.