El presidente Juan Manuel Santos advirtió este martes en la noche que los últimos ataques terroristas de esa guerrilla ponen en riesgo el proceso de paz
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, advirtió el martes que podría romper el proceso de paz que mantiene con la guerrilla de las Farc si el grupo rebelde continúa con ataques contra la infraestructura que afectan a la población civil.
El anuncio del mandatario ocurrió después de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) derribaron una torre de electricidad que dejó sin servicio a la ciudad de Buenaventura, el principal puerto marítimo del país.
"Lo que nosotros estamos diciéndoles es, ustedes continúan con eso, están jugando con candela y este proceso puede terminar", dijo Santos durante un evento.
El Gobierno de Santos mantiene desde hace 20 meses diálogos con las Farc en La Habana, en busca de terminar con un conflicto interno armado de medio siglo que ha dejado 200.000 muertos y millones de desplazados.
"Porque no podemos seguir indefinidamente en esta situación, porque el pueblo colombiano se confunde y no entiende y yo sabía desde el principio que iba a ser difícil explicar por qué están ustedes hablando de paz y aquí siguen en guerra", agregó Santos.
A pesar de que están sentados a la mesa, los dos bandos siguen chocando en las selvas y montañas ante la negativa de Santos de firmar un cese del fuego, como propuso la guerrilla.
"No hay cese al fuego, porque yo no quiero terminar como un ex presidente que ensayó un proceso de paz, fracasó y la guerrilla se fortaleció", enfatizó Santos.
Las negociaciones con las FARC han arrojado acuerdos parciales sobre el acceso de los campesinos pobres a las tierras, la participación de los guerrilleros en la política y la sustitución de cultivos de coca y amapola.
Pero aún están pendientes temas ríspidos como la compensación a las víctimas, el fin de las hostilidades y un mecanismo que permita verificar el cumplimiento de los acuerdos.
Hace poco Santos anunció que también iniciaría negociaciones preliminares con el más pequeño Ejército de Liberación Nacional (ELN), que más temprano el martes detonó cuatro explosivos chicos en Bogotá que según la policía no causaron víctimas pero dañaron una pasarela peatonal y otras estructuras.
En los sitios de los estallidos fue dejado material de propaganda del grupo rebelde, que suele atacar instalaciones petroleras en la cuarta economía de América Latina.
En junio, el ELN se había adjudicado una explosión cerca del distrito financiero de la capital que causó lesiones a tres personas y daños a una estación de policía.