El Papa Francisco.
El Telediario (TVE) del mediodía del domingo, horario estrella de la televisión pública, obliga a Javier Pérez de Albé a levantar la vista del periódico. Entre los titulares de cabecera, escucha que “el Papa Francisco ha proclamado nuevos santos en una ceremonia en la Plaza de San Pedro del Vaticano”. En la ceremonia en cuestión, a la que asiste la reina Sofía en representación de España, también se nombran algunos beatos. “Dejo de mirar la pantalla y bajo la vista hasta el periódico, que descansa sobre mis rodillas abierto en canal, como podría estarlo un monaguillo sobre las de un sacerdote: La Iglesia española silencia, desde hace décadas, los casos de pederastia”.
Lo cuenta Javier Pérez en Cuartopoder. Los periodistas responsables de la información aseguran que “ni la Conferencia Episcopal ni la inmensa mayoría de las 70 diócesis españolas consultadas por El País han facilitado información sobre las denuncias por pederastia que han conocido o tramitado y juzgado en las últimas décadas”. “Un silencio de enorme importancia, que viene a recordarnos que las leyes son bien diferentes en la tierra y en los cielos: mientras el Código Penal terrícola castiga con prisión a aquellos que cometen abusos, los tribunales eclesiásticos del espacio exterior aplican el Código Canónico. Es decir, que por el mismo delito de abusos por el que un civil se pudre en la cárcel, a un sacerdote juzgado por las normas jurídicas que regulan la Iglesia simplemente le privan del oficio de párroco de manera temporal o, en el peor de los casos, le expulsan del estado clerical”.“Dos noticias del mismo día -comenta Javier Pérez-, con protagonistas del mismo gremio, que sin duda ofrecen al ciudadano motivos para reflexionar sobre la realidad religiosa. Noticias que pueden, y deben, ayudarnos a comprender la actitud de la Iglesia, a valorar sus privilegios y a exigir su reingreso en el código penal humano. Noticias que, finalmente, dicen mucho sobre el criterio con que se realiza la edición de un informativo de TVE. Y es que, para ese lugar sagrado de la televisión pública, la noticia de apertura, han elegido una canonización múltiple, imagino que toda una bacanal de bondad y buenísmo de santidad católica, cuando podían haber ofrecido una orgía de carne, hipocresía y ocultación. Santos, encubriendo a pecadores”.