Un persona carga su mochila, camina por largo tiempo, soporta el calor y sufre las carencias propias de la vida austera. Un día y otro. Una persona hace y deshace la mochila, siente que no puede más y reza aun sin encontrar a su Dios en medio de su desierto personal.
¿Quién es santo? - Me insistes. Y recuerdo más cosas:
Una persona, un día y otro, vive todo aquello sin perder la sonrisa, esperándolo todo de Dios, luchando por vivir hasta dejarse la piel. Un goumier cree en la tribu y se apoya en ella cuando no puede dar un paso o cuando sí lo puede dar. Ese santo somos todos los que nos ponemos en camino aun sospechar que va a ser largo y duro, pero reconocemos en él una Presencia que le da sentido hasta un día sin pan.
¿Cómo ser santo? - Silencio. Y no puedo por menos que recordar:
Rodeándonos de hermanos en la fe, rostros alegres y auténticos, personas que van por delante de nosotros abriendo camino, personas que van con nosotros recorriendo el camino oscuro, personas que van por detrás esperando ver nuestro rostro lleno de Vida. Un santo, un goumier, un hermano, una persona como tú y como yo no está llamada a vivir en soledad y sin esperanza.
Aun el desierto más seco y solitario esconde una belleza interpeladora. Aun el silencio más ensordecedor esconde una melodía familiar. Aun la noche más oscura esconde una luz especial. Aun una vida llena de pecado esconde una llamada a la santidad.