Revista Cultura y Ocio

Santos Valeriano, Tiburcio y Máximo.

Por Santos1

Santos Valeriano, Tiburcio y Máximo. 14 de abril. 

Santos Valeriano, Tiburcio y Máximo.Estos santos, de los que nada se sabe, consta su historicidad a partir de que sus tumbas se conservan en las catacumbas de San Calixto (14 de octubre). Además, aparecen mencionados en la “Depositio Martyrum” del siglo IV. En el siglo VI sus tumbas serían meta de peregrinos y tuvieron una iglesia dedicada en la Via Appia. En 821 el papa San Pascual I (11 de febrero) trasladó sus reliquias, junto a las de Santa Cecilia (22 de noviembre) a la iglesia de Santa Cecilia “in Trastevere”, edificada, según la tradición, sobre la casa natal de la santa. 

Esta traslación unió para siempre a estos santos en una leyenda muy conocida: Cecilia fue una noble dama romana, del clan Metela, cristiana y muy caritativa. Había hecho un voto de virginidad, pero fue comprometida con Valeriano, al cual ella advirtió que un ángel protegía su castidad, si él osaba tocarla. Valeriano le dijo que quería ver el ángel, ella le replicó que debía ser cristiano antes. Valeriano accedió y fue bautizado por el papa San Urbano (23 de mayo). Y puestos en oración, fueron coronados por ángeles, hecho que contempló Tiburcio, hermano de Valeriano, el cual también se convirtió y bautizó. Una vez que ambos hermanos fueron bautizados, se dedicaron a rescatar los cuerpos de los mártires y enterrarlos, causa por la cual alcanzaron el martirio junto con un cristiano, llamado Máximo, que se hizo presente en el momento del martirio. Cecilia, ya viuda, donó sus bienes a los pobres y se dedicó a la oración y la caridad, llevando a muchos a conocer a Cristo y ser bautizados por Urbano. Ella también sería mártir, siempre según la leyenda. 

Para los historiadores serios, entre ellos el Bollandista Delehaye, el origen de la figura de Santa Cecilia está en una matrona romana que habría venerado a los mártires Tiburcio y Valeriano, junto a los cuales quiso ser sepultada, en tiempos del papa Urbano. De hecho, en tiempos de San Urbano no hubo persecuciones a los cristianos. Lo más probable es que la relación entre Urbano y los mártires Valeriano y Tiburcio, sea únicamente la veneración a su sepulcro en tiempos de paz, probablemente sería Urbano quien edificó el primer lugar de culto en las catacumbas, con la ayuda de Santa Cecilia.  

Esto es más que frecuente en miembros prominentes de la Iglesia romana: manifestaban devoción a algún mártir, convertían sus casas en iglesias y se hacían enterrar junto a los mártires de su devoción. Tenemos, por ejemplo, los casos de Santa Constanza (18 de febrero), unida a los mártires Juan y Pablo (26 de junio), y el de San Eusebio de Roma (14 de agosto), un cristiano que edificó una iglesia en el monte Esquilino, que terminaría llamándose “de San Eusebio” y que le dotaría de una leyenda martirial. 


A 14 de abril además se celebra a

Santos Valeriano, Tiburcio y Máximo.

San Benezet, pastor

Santos Valeriano, Tiburcio y Máximo.

San Telmo, dominico

Santos Valeriano, Tiburcio y Máximo.

Santa Cornelia y
compañeros mártires

Santos Valeriano, Tiburcio y Máximo.

Beato Bernardo, abad



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