ME BASTA ASÍ
Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
—de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso—;
entonces,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando —luego— callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta).
Desde luego, este poema es digno de escuchar recitarlo por aquella persona que se ha instalado en nuestro corazón. Es muy dulce, pasional, romántico y realista. ¿Qué personaje literario imaginaríais leyéndoos este poema?
PARA LOS INTERESADOS...
Ángel González es uno de los poetas más conocidos de la Generación del 50. Nació en Oviedo, en 1925, y murió en Madrid, en 2008.La Generación del 50 está formada por un grupo de escritores que utilizaban la poesía como forma de conocimiento y un modo de expresar sus emociones y sentimientos. Al contrario que la Poesía social (década de los 40), los autores no empleaban su poesía como instrumento para criticar la sociedad, sino que esta poesía era más íntima y personal.
Ángel González reúne su obra bajo el título Palabra sobre palabra, en la que combina sus experiencias más íntimas, como sus vivencias y sus recuerdos, con elementos que retratan de forma crítica y sutil la realidad social. Como podéis ver en el poema Me basta así, el lenguaje que emplea es sencillo y coloquial. Su trayectoria poética se divide en tres etapas:
– Primera: destaca su obra Áspero Mundo. En ella trata temas como la decepción, el desengaño, el paso del tiempo y el pesimismo existencial... Constituye una crítica del mundo.
– Segunda: destaca Prosemas o menos, una obra característica por su humor y el juego de palabras.
– Tercera: Nada grave es la principal obra. Se trata de una meditación de carácter elegíaco.