Revista América Latina

São Luis

Por Captainflint

Estar de vuelta en la civilización tras aquellos dos interesantes días flotando tranquilamente por el Amazonas significó estar de vuelta también en nuestro forzado ritmo de viaje acelerado en el que hay que saltarse los lugares menos interesantes para que cuadren las cuentas.

En esta parte de Brasil la discriminación le cayó a Belem donde sólo pasamos unas cuantas horas en la rodoviaria antes de subirnos en un bus nocturno a la siguiente ciudad importante del Norte brasileño: Sao Luis, capital del estado de Maranhao.

São Luís

São Luís

Resultó que Diego llevaba la misma ruta así que se adobó a nosotros duplicando el componente argentino de thecaptainflint/america. Le convenía a él y a nosotros.Creo que ya lo dije alguna vez (me debo estar repitiendo bastante con algunas cosas). Viajar en números mayores no sólo es más divertido sino también más barato.

Así que a las dos noches de hamaca le sucedió una de bus. Y luego lo de siempre. Aterrizar en un lugar nuevo sin tener la menor idea de nada, ir de la rodoviaria al centro, buscar un lugar barato etc.. Y todo eso con muchas cuestas, cargados como mulas y con un calor terrible. Para los que piensan que esto de viajar es todo cachondeo.

Todo pinta diferente tras las pertinente ducha. Sao Luis resultó ser una de las ciudades más bonitas que he visto en este viaje que no se ha caracterizado precisamente por ellas. No es tampoco para lo que se viene a este continente que tiene mucho más que ver en la naturaleza que en la civilización.

Sin embargo la capital de Maranhao sí qu estuvo a la altura con su centro histórico plagado de callecitas empedradas y casitas de colores. Es como si de pronto uno hubiera cruzado el charco y se estuviera paseando por el barrio viejo de cualquier ciudad portuguesa.

Tienes todas esas calles empinadas o directamente en escalera. Las paredes de azulejos, los callejones del mercado central… En fin, un rollete estilo Oporto o Lisboa que le recuerda a uno que, por una vez, no fuimos nosotros los españoles los que vinimos a dar la brasa aquí sino nuestros vecinos de la península.

São Luís

São Luís

Sao Luis es realmente una isla enorme que forman, entre otros, los ríos Bacanga y Anil, en su desembocadura en el Atlántico. La constituyen dos penínsulas separadas por el segundo de estos ríos.

En la primera está toda la zona vieja, en la segunda el barrio de Sao Francisco, mucho más moderno, con lujosos edificios de apartamentos y zona de playitas. El resultado es que tienes esos dos mundos totalmente opuestos y paralelos muy cercanos y comunicados por un puente.

Nosotros nos limitamos a la parte vieja. El hotel que habíamos pillado era un antraco medio apestoso pero estaba muy bien ubicado, en el corazón de la zona histórica declarada Patrimonio de la Unidad por la Unesco. Así que, aunque sólo estuvimos un día entero allí tuvimos tiempo de saborear razonablemente el ambiente de aquel lugar.

São Luís de noche

São Luís de noche

Por la noche la zona la iluminaban de puta madre y aquello se animaba con puestecitos de comida y peña bebiendo cerveza en las terracitas. Hasta una representación de teatro callejera pudimos ver, con los actores disfrazados de época y tal.

Claro que había algún que otro deteriorado con pinta sospechosa merodeando por el centro y multitud de brasillas tratando de venderte cualquier mierda o directamente pidiendo dinero, pero en general Sao Luis no se sentía inseguro. Nada que ver con el Pelourinho de Salvador en el que como te descuides te roban hasta los riñones.

Teatro callejero en São Luís

Teatro callejero en São Luís

Además es de las ciudades de Sudamérica mejor organizadas en cuanto a turismo que he visto. Hay mapas por todas partes y hasta tres oficinas de atención turística.

Aunque, como viene pasando últimamente en este viaje, no se veían otro gringos por ninguna parte. Solo brasileiros de vacaciones. Será seguramente que Brasil se ha puesto demasiado caro para el mochilero común, que prefiere irse a lugares donde su pasta rinde más.

Alcantara

El segundo día teníamos bastante tiempo antes de tener que salir pitando hacia el siguiente lugar así que nos hicimos la excursión más típica de Sao Luis. Se trata básicamente de subirse en un catamaran durante una mareante hora hasta llegar a una isla en la que los amigos portugueses también estuvieron y dejaron su huella.

Alcantara

Alcantara

El barquito en teoría tenía que salir de la hidroviaria de Praia Grande, en pleno centro, pero resulta que cuando la marea está demasiada baja lo hace desde el barrio de Sao Francisco, en la otra península. No obstante el tema estaba bastante organizado y la empresa paga taxis que llevan a todos los pasajeros hacia el punto de salida alternativo.

La escapada consistió en un poquito más de rollete colonial, este a menor escala. Más casitas de colores y más iglesias por todas partes pero en un ambiente mucho más tranquilo y con vistas a la playa por todas partes.

Todas esas casitas de colores tienen las puertas y las ventanas abiertas constantemente para que veas lo estresados que viven los lugareños, tirados viendo la tele en las hamacas que tienen colgadas en el salón. Es Alcantara un lugar de esos donde parece que el tiempo se ha detenido. Uno de esos sitios que mueren completamente a la hora de la siesta.

Pelourinho de Alcantara

Pelourinho de Alcantara

Y eso que nosotros llegamos en lo que debía ser la época más ruidosa del pueblo. En pleña campaña electoral, con los coches de los distintos partidos políticos circulando con unos altavoces enormes que daban la brasa con anuncios propagandísticos.

Lo más destacable es la plaza principal, cojonuda para las fotos panorámicas y con el pelourinho más antiguo de Brasil. El pelourinho para el que (como yo) no supiera lo que es, es un poste al que ataban a los esclavos para azotarlos cuando se portaban mal. Enternecedor.

Otra cosa curiosa de Alcantara es que hay unas cuantas ruinas desparramadas entre las casas de la ciudad, fundamentalmente pilares de piedra negra. Las más destacables son las que están en frente de la iglesia principal de la localidad.

En resumen una excursión recomendable en la que ademas nos pudimos apretar una decente pizza y una cerveza Bohemia (la única del país con cierto sabor) a un precio aceptable. El truco, como siempre, está salirse lo más posible de la zona turística.

Plaza de Alcantara

Plaza de Alcantara

La vuelta en catamaran fue más jodida aún que la ida. El mar por momentos no está nada tranquilo y marea considerablemente al personal. A los que van en cubierta además, de cuando en cuando los empapa alguna que otra ola hija del mal. Fue un paseo marítimo nada agradable que se hizo eterno.

Para cuando por fin llegamos al punto desde el que habíamos partido, la hasta entonces muy eficiente infraestructura turística de Sao Luis, nos desparaba una jugada bastante sucia. Nos desembarcaron en la punta de la península de San Francisco donde por la mañana nos habían dejado los taxis sólo que ahora no había ningún medio de transporte. Los hijos del mal se habían desentendido de gestionar ese tema para la vuelta y básicamente nos dejaron tirados allí, un poco a tomar por culo de San Luis.

Ruinas en Alcantara

Ruinas en Alcantara

Hubo que andar un buen rato hasta que por fin pudimos enganchar con un bus que nos cruzó el puente de vuelta al centro. Unos aguilillas los de la empresa de los catamaranes.

Si no sólo se leen esto mis colegas (que tampoco se lo leen) sino alguien que piensa viajar por allí, que vaya concienciado de esto que le joderá menos que a nosotros que nos lo encontramos por sorpresa y nos trastocó bastante los tiempos que teníamos previstos.

En fin, a pesar de esto último, fantástico Sao Luis, un lugar que recomiendo encarecidamente. Una ciudad con identidad propia y muchas ganas de demostrársela al turista. Un bonito paréntesis entre playa y playa y una forma de sentirse, aunque sólo sea por un rato, en ese viejo continente al otro lado del charco.

Concepto Reales Euros

Bus Belem - Sao Luis 92.5 41

Hab doble en Sao Luis 40 17

Catamaran a Alcantara (x trayecto) 12 5.3


Volver a la Portada de Logo Paperblog