En el post anterior hacía una pequeña introducción de Sapa y explicaba cómo llegar a esta ciudad en las montañas del noroeste de Vietnam. Decía que lo más interesante está en visitar las aldeas cercanas, conocer a los grupos étnicos y observar sus costumbres.
Alrededor de Sapa hay un buen número de aldeas donde vive una parte importante de la población dedicada a tareas agrícolas. Muy cerca está el poblado de Cát Cát que se puede visitar en pocas horas y un poco más lejos llega la ruta de trekking que discurre por los poblados de Lao Chai y Ta Van. Lo habitual es hacer estas dos actividades en días consecutivos pero si se tienen energías se pueden ver en el mismo día. Para orientarse más fácilmente, aquí os dejo un pequeño mapa que dibujé en su día en mi libreta.
Trekking por Lao Chai hasta Ta Van
La forma más entretenida de explorar los alrededores de Sapa es haciendo trekking. Muchos aficionados a la aventura viajan hasta aquí con la intención de recorrer a pie o en bicicleta los montes Hoàng Liên, cualquier camino y una brújula es suficiente. No obstante, para aquellos interesados en el aspecto cultural de las minorías étnicas las agencias locales ofrecen rutas de senderismo guiadas, una de las más conocidas es la que lleva desde Sapa hasta Ta Van pasando por Lao Chai.
Las rutas de senderismo guiadas por las aldeas de Sapa cuentan con un guía vietnamita que habla inglés y va explicando las costumbres de las distintas tribus que habitan en las montañas. Esto no evita que antes incluso de haber iniciado la travesía se una al equipo un alegre grupo de señoras Hmong con el simple propósito de acompañar durante el camino y conseguir vender algunos productos a los excursionistas. Sus técnicas de venta llegan a ser algo agresivas y no cesan nunca de insistir, así que hay que tener mucha paciencia.
Las minorías étnicas son el alma que habita en las tierras altas de Vietnam. Se estima que un 10% de la población del país lo constituyen las tribus de las montañas, en su día apodados montagnards por los franceses. Mientras que la etnia kinh (vietnamita) se asienta en las tierras llanas y forma núcleos urbanos, el resto de grupos étnicos viven en las tierras altas y forman comunidades seminómadas. Se dedican principalmente al cultivo del arroz.
El gobierno ha intentado fomentar que las tribus de las montañas adopten los sistemas de agricultura estándares a baja altitud pero muchos desconfían de los vietnamitas y se mantienen alejados de las tierras bajas, intentar evitar a toda costa la vietnamización de su cultura permaneciendo aislados en las montañas. Con el tiempo estas minorías han conseguido gozar de cierta autonomía para vivir como quieran siempre que no interfieran en la agenda política de Hanoi y además de las lenguas locales aprendan la lengua oficial de la nación, el vietnamita.
Existen numerosas comunidades tribales en las colinas de Vietnam, algunas engloban hasta un millón de personas y otras apenas sólo cien. Están los Bahnar, los Dzao, los Hmong, los Jarai, los Muong, los Nung, los Sedang, los Tay, los Thai. Resulta difícil clasificar estas tribus en términos étnico-lingüísticos porque tienen características comunes entre sí, por ejemplo algunas tribus hablan la misma lengua pero diferente dialecto. No obstante, la mayoría de ellas han llegado a desarrollar sus propias costumbres, ritos y creencias animistas y hasta su propia vestimenta tradicional. Los Hmong son uno de los grupos étnicos mayoritarios de Vietnam y se encuentran sobre todo en la región de Sapa. Dentro de los Hmong hay varios grupos: los negros, los blancos, los rojos, los verdes y los flor, pueden diferenciarse claramente por el color de su ropa. Las mujeres Hmong que acostumbran a unirse a los excursionistas de Sapa pertenecen al grupo de los Hmong negros. En compañía de ellas empezamos a descender el valle por caminos que discurren entre terrazas de arroz.
Vemos que las terrazas o bancales son una buena solución para el cultivo de arroz en terrenos montañosos. Al no existir apenas superficies planas la mayor parte del terreno se desaprovechaba, los habitantes aprendieron a construir terrazas cortando en horizontal la ladera de la montaña de forma que el agua se pudiera mantener estancada y fuera absorbida por la tierra durante más tiempo, lo cual es necesario para el cultivo de arroz. Este tipo de construcciones agrícolas existen en muchas regiones del mundo donde la orografía no es apta para el cultivo de la tierra, por ejemplo en el Sur de China.
Las terrazas de arroz se plantan y se riegan en primavera, crecen en verano y se recogen al final del mismo. El color del valle depende de la estación del año en la que se viaje. Antes de Marzo no es quizás la mejor época.
La ruta de senderismo atraviesa varias aldeas, la mayoría de ellas dispersas entre terrazas de arroz, como el caso de Lao Chai. En algunos puntos de la ruta el acceso no es cómodo, no siempre hay camino y toca andar por el borde del bancal, con el consiguiente riesgo de hundir la pata en el barro. Es en este momento cuando te acuerdas del médico del centro de vacunaciones aquel que te decía que existen ciertas zonas de riesgo en Vietnam, pero entonces no se te ocurrió pensar que acabarías en una situación parecida, ¿verdad?. Tranquilo, todos los turistas sobreviven.
A lo largo del camino no son pocas las vistas que te dejan sin aliento, es un espectáculo caminar por estos paisajes. Las terrazas de arroz son construcciones humanas formidables y resulta increíble ver la cantidad de arroz que producen estos cultivos para alimentar a toda una población.
Tras medio día de caminata y una pausa para almorzar llegamos a Ta Van, a 9 km de Sapa.
En este pueblo el grupo se separa, por un lado los que regresan a Sapa por carretera y por otro los que pasan la noche en home stay, otra actividad altamente recomendable si se dispone de tiempo e interés en convivir con estas tribus para estudiarlas y conocerlas más detenidamente.
Tiempo también para saldar cuentas con las mujeres Hmong que nos han acompañado durante toda la jornada y a las que habíamos prometido comprar algún recuerdo al final del viaje con tal de que nos dejaran de dar la paliza. Vaya si se acuerdan bien de que las hiciste esa promesa y antes de que te marches se te echan encima para que las compres alguna tela. Hay que tener una buena dosis de paciencia y mantenerse firme porque compras a una y la otra también quiere, y te ofrece lo mismo con otro color. Hubo un momento en que empecé a regatear con una en vietnamita y empezaron a venir otras mujeres hasta tenerme rodeado, los otros turistas temieron un poco por mí, jajaja. Fue un poco agobiante salir de aquella situación pero al final sólo me llevé lo que quería.
Yo por lo general estoy en contra de comprar recuerdos a las minorías étnicas, llegar a una aldea y ver un puesto de recuerdos me produce un rechazo inmediato. La explotación turística a la que se ven sometidas hace que cambie su forma de vida y abandonen sus antiguas costumbres en favor del negocio de la venta de souvenirs a los turistas, perdiendo aquello que las hace tan auténticas. No obstante, no soy de piedra y tampoco puedo evitar sentir algo por esa señora que se ha pasado 5 horas acompañándome por las montañas con el bebé a cuestas. En fin, esto da para un intenso debate.
Visita a Cát Cát
Si no se dispone de mucho tiempo ni ganas de jugarse el tipo caminando por las montañas entre terrazas de arroz -aunque sin lugar a dudas yo recomiendo esta experiencia- cerca de Sapa se encuentra el poblado de Cát Cát, a los pies del Fansipan, la montaña más alta de Vietnam.
Cát Cát pertenece a la tribu de los Hmong. La principal característica de las aldeas Hmong son las casas de madera con el tejado de color negro.
El poblado está situado a 3 km de Sapa, por lo que se puede bajar el valle en unos veinte minutos caminando por una carretera. Antes de entrar al pueblo hay que pagar una tasa de 5.000 VND destinados a la conservación. Una vez dentro, el visitante puede caminar libremente y observar la forma de vida de sus habitantes.
Los habitantes de Cát Cát se dedican principalmente a la ganadería y al cultivo de arroz en terrazas.
Por el pueblo pasa también un río que forma una catarata. Cerca de esta se encuentra el centro de atención al turista donde hay información sobre la cultura Hmong y donde se realizan demostraciones de danza típica varias veces al día.
Resulta interesante ver por ejemplo cómo aprovechan la fuerza del agua para mover un ingenioso martillo que separa los granos de la planta de arroz.
Si no se quiere hacer a pie el camino de subida a Sapa al final de Cát Cát siempre hay xe ôm (taxistas de moto) esperando y por unos pocos VND te llevan de regreso a tu hotel, aunque insisto en que Sapa es un lugar estupendo para el turismo activo y para practicar senderismo.
En resumen, como veis una de las actividades más interesantes en Sapa es visitar las aldeas de alrededor y observar los magníficos paisajes que forman las terrazas de arroz. Algunas rutas de trekking se pueden realizar por cuenta propia, como la que lleva a Cát Cát, pero si se quiere ir más seguro y sobre todo si se quiere entender la forma de vida y las costumbres de los habitantes de las montañas de Vietnam es mejor preguntar en el hotel por los tours guiados, apenas cuestan unos pocos US$ y se pueden contratar en el mismo día.
A Pau de elpachinko, que en su viaje a Vietnam siempre quiso venir a Sapa pero en el último momento una fuerte tormenta tropical provocó desprendimientos de tierra que cortaron las comunicaciones por carretera durante varios días. Nunca es tarde para volver a intentarlo.
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 17 agosto a las 16:10
Muchas gracias, me diste un monton de informacion, ordenada, util, y objetiva. Me gusta mucho la forma en que escribis. Nuevamente muchas gracias