Como dicen los autores en la web de su proyecto saporedeimobili.com, ahora está permitido jugar con la comida. Consiste en hacer tus propias sillas, lámparas, mesitas y jarrones de pastel y luego servirlas para comértelas con tus confituras y aderezos favoritos; la plancha es como la de los gofres, pero la cuestión sería ir probando recetas.
saporedeimobili.com
No es el caso por ahora, pero si el molde fuera comercializado seguramente se vendería en grandes cantidades y por todo el mundo. Es una idea sugerente, divertida, innovadora y muy original.
Apela a nuestro lado más infantil, el que permanece de por vida fascinado por las miniaturas, las casitas de muñecas y los dulces. Una mini-silla que se come es un concepto irresistible para la vista, para el corazón y para el paladar.
Autor: Glenn Jackson Taylor
Saborear el mobiliario en lugar de engullirlo: ésta es la propuesta de los diseñadores Ryosuke Fukusada y Ruy Pereira. Se conocieron en un estudio en Milán y éste es su primer proyecto, preparado para el Salone Internazionale del Mobile di Milano del año pasado.
Nació como una reflexión sobre la velocidad de la industria contemporánea del mueble, y cómo los consumidores son incapaces de digerir la enorme cantidad de nuevos productos lanzados cada año. Fukusada y Pereira proponen una manera alternativa de experimentar el mobiliario: degustarlo.
Para transmitir esta reflexión, fabricaron artesanalmente esta plancha-molde: primero crearon en espuma de poliuretano los modelos de los mini-muebles; a partir de estos modelos imprimieron en 3D el molde, para luego fundirlo en aluminio y pulirlo con arena.
La idea en conjunto es el resultado de su colaboración, una mezcla de sus respectivas culturas: la técnica de moldes usada en la fabricación de los baby castella- unos pastelitos tradicionales japoneses, y una pasta a base de huevo de la cocina típica de Portugal, llamada ovos moles.
Autor: Glenn Jackson Taylor
Por el momento, éste proyecto no es otra cosa que una expresión irónica de los diseñadores: con sus mini-muebles comestibles tratan de dirigir nuestra atención sobre la vorágine imperante en el mundo del diseño del mueble, que abruma al público con más producto del que puede apreciar y consumir.
Pereira opina que el papel del diseñador es educar el gusto colectivo y crear una conciencia medioambiental en la sociedad a través de lo ya existente. La idea es que podamos saciarnos de muebles de diseño sin realmente comprar un montón de cosas nuevas que, probablemente, en el fondo no deseamos.
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