Saqueados por el Parlamento

El Congreso ha perpetrado esta última semana un enorme fraude al aprobar un informe de la Comisión de investigación de la crisis financiera en el que hicieron desaparecer las conclusiones que acusan a políticos y sindicatos de ser responsables de la debacle de las cajas de ahorros que iniciaron la casi ruina del país hace una década.

El punto 13, defendido únicamente por Ciudadanos, y hecho desaparecer por PP, PSOE y Podemos, decía:

“La causa diferencial de la crisis en España con respecto a otros países fue la gestión de las cajas de ahorro (…) cuyo rescate propició la recesión, el largo y doloroso período de ajuste fiscal y los recortes sociales. La politización de los consejos y su conexión con las Comunidades Autónomas contribuyó a inflar las dinámicas de la burbuja con la extensión de crédito a menudo guiada por criterios políticos y no de rentabilidad”.

Porque políticos del PP y el PSOE participaron en los fraudes de las cajas de ahorros que hubo que rescatar, y Podemos exige crear nuevos bancos públicos al estilo de las cajas para colocar a sus militantes como los otros hicieron antes.

En Cajamadrid, ya antes de la llegada de Rodrigo Rato, estaban Pedro Sánchez como consejero de la Asamblea General, aparte de otros políticos que usaron las tarjetas “black”, por ejemplo; o Narcís Serra, exministro socialista, y después presidente de Caixa Catalunya, que tuvo un agujero similar al de la caja madrileña, unida a otras en ruinas y convertidas en Bankia.

El informe aprobado, y sin su párrafo fundamental, resumen de las 84 intervenciones de los expertos consultados durante año y medio, declara que, aparte de la crisis internacional, los responsables fueron el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones por no vigilar y corregir la burbuja inmobiliaria y de crédito, cuyo rescate le costó a los españoles 40.000 millones de euros.

Esos organismos tuvieron una responsabilidad parcial, sí, pero desde la entrada de políticos y sindicalistas en los Consejos de Administración de las Cajas llegó la ruina al ponerlas al servicio de sus intereses hasta saquearlas, mientras los bancos comerciales seguían su vida sin necesidad de rescates aunque, como siempre, explotando a sus clientes con todos los medios posibles.

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SALAS