En 1984 Sarajevo fue sede de los XIV Juegos Olímpicos de Invierno. Entonces formaba parte de la ex República de Yugoslavia y fueron los primeros JJOO de invierno que se organizaban en un país socialista. Me la imaginaba blanca, cubierta de nieve, alegre y llena de jóvenes atletas dispuestos a comerse el mundo.
Ocho años más tarde, y justo cuando Barcelona estaba a punto de inaugurar los Juegos Olímpicos del 92, Sarajevo sufría una devastadora guerra. Los motivos de la Guerra de los Balcanes, y concretamente su versión más cruel en la Guerra de Bosnia, son complejos y no es mi intención analizarlos, ni estoy capacitada para ello ni es el objetivo de este blog de viajes. De todas formas, antes de realizar un viaje a los países de la ex Yugoslavia es muy recomendable empaparse sobre ese conflicto que forma parte de nuestra historia reciente y es necesario no olvidar.
Durante aquellos años, Sarajevo salía casi a diario en las noticias. Entonces ya no la imaginaba blanca, sino gris, triste y roja sangre.El pasado mes de junio la pude contemplar blanca y roja. El color blanco de los inmensos cementerios que cubren las colinas de la ciudad y el rojo de sus rosas. No se trata de flores, las rosas de Sarajevo son manchas de color rojo que pueden verse en el suelo repartidas por distintos puntos de la ciudad, recuerdo de los impactos de mortero lanzados por el ejército serbio entre 1992 y 1996 que se han llenado de una especie de resina como cicatrices para el recuerdo.
Rosas de Sarajevo
Caminando por la ciudad, mirando las caras de la gente, inventé muchas historias y me imaginé muchas situaciones, casi todas tristes. Observando gente de mi generación pensé en su juventud perdida y en las secuelas que ya marcan toda una vida. Se calcula entre 150.000 y 200.000 muertos y 4 millones de desplazados.
Sin embargo, parece que los habitantes de Sarajevo lo que quieren es mirar adelante, es una ciudad alegre, a la gente le gusta hacer vida en la calle y la animación está asegurada. Visitamos Sarajevo en Ramadán y pocos minutos después de que un petardazo anunciara la ruptura del ayuno, los restaurantes se llenaron de familias y grupos de amigos para celebrarlo juntos. Más de la mitad de la población de Sarajevo es musulmana pero en la llamada Jerusalén de Europa, los bosnios musulmanes conviven con los serbios ortodoxos, los católicos croatas y algunos judíos.Mezquita Ghazi Husrev-bey
Mezquita Ghazi Husrev-bey
Mezquita Ghazi Husrev-bey
Sarajevo nos sorprendió, es una ciudad encantadora a pesar de que los continuos detalles que recuerdan el reciente pasado te borran la sonrisa por unos instantes. Señales de metralla en las fachadas, algún edificio bombardeado sin reconstruir o placas conmemorativas que ayudan a no olvidar.
VISITA DE LA CIUDAD VIEJA (STARI GRAD)
Empezamos el recorrido en la parte alta de una colina cubierta por un impresionante mar de tumbas blancas con vistas a la ciudad, el Cementerio Alifakovac.
Tal como recuerda una inscripción en su fachada, la noche del 25 al 26 de agosto de 1992, los asesinos serbios la quemaron y se perdieron más de dos millones de libros y 700 manuscritos de valor incalculable. “Do not forget, remember and warn!”
Detrás de la Biblioteca se encuentra el barrio otomano, Baščaršija, una de las zonas más animadas de la capital y su principal atracción turística.
Su centro es la plaza de las palomas con su bonita fuente o Sebilj
Una plaza rodeada de restaurantes, cafeterías y tiendas de recuerdos, un buen lugar para sentarse un rato y ver pasar la vida.
En Baščaršija hay varios edificios históricos que iremos descubriendo paseando por sus calles empedradas llenas de tiendas de antigüedades, artesanía y recuerdos.
Bursa BezistanDesde la plaza destacan sus seis cúpulas. Se construyó en 1551 por Rustem Pasha, Gran Visir de Solimán el Magnífico. En el edificio se comercializaba la seda que producía el propio visir en Bursa. Resultó muy dañado durante los bombardeos de la guerra y tras su reconstrucción, pasó a formar parte del Museo de Sarajevo. Se exhibe una exposición permanente que va desde la Prehistoria, Edad Media, Imperio Otomano hasta el período Austrohúngaro.
Junto a la mezquita se construyeron también una medersa, biblioteca y Universidad islámica. La torre del reloj, Sahat-Kula, que compite en altura con el minarete, es de la misma época y junto a éste forma una de las imágenes más típicas de la ciudad.
Morića Han
Este edificio también fue financiado por Ghazi Husrev-bey. Se construyó en 1551 y es el único caravanserai que se conserva en Sarajevo.
Su agradable patio está rodeado por los antiguos establos y almacenes de mercancías, ahora tiendas. El lugar ideal para sentarse a tomar un té o un delicioso zumo de limón a la sombra del gran árbol que cubre el patio.Como era habitual en ese tipo de posadas, en el piso superior se distribuían las habitaciones donde se acomodaban los comerciantes. En Morića Han había sitio para 300 huéspedes y 70 caballos.Me recordó los caravanserai de la ciudad vieja de Skopje (ver aquí), la capital de Macedonia. En realidad, los barrios turcos de ambas ciudades tienen muchos puntos en común ya que estuvieron bajo la influencia del Imperio Otomano durante la misma época.
Bezistan y Tašlihan
Durante la construcción del Hotel Europa salieron a la luz las ruinas de esta importante zona de la ciudad. Junto con
Morića han, el Tašlihan fue otro de los más importantes khans (hostales) entre la cincuentena que había en la ciudad.El Tašlihan se construyó entre 1540-43, al mismo tiempo que el Bezistan (mercado cubierto) con el que estaba conectado. A diferencia de otros lugares parecidos, donde el patio central servía para cargar y descargar mercancías, aquí había una fila central de tiendas. En el patio había también una fuente pública y una mezquita. El Tašlihan sufrió varios incendios hasta que en 1879 uno de ellos lo quemó totalmente.El bezistan de Ghazi Husrev-bey (1555) es un gran edificio de piedra con dos entradas, y bajo las cúpulas, a lo largo de sus 109 metros, se vendían principalmente sedas y otros productos textiles. Actualmente hay varios puestos de artesanía y recuerdos.Sijavuš-pašina daira o Velika Avlija (Antigua Sinagoga)
La ciudad de Sarajevo acogió a muchos de los judíos expulsados de España y Portugal entre 1492-1496. Llegaron a través de Italia, Grecia y Bulgaria cuando Sarajevo estaba bajo dominación otomana. En 1581, con la aprobación de Sijavush Pasha se construyó este barrio residencial para los judíos expulsados que no tenían recursos, conocido como el Sijavus-pasha han. También se construyó la que sería la primera sinagoga la cual sufrió diferentes incendios a lo largo de los siglos XVII y XVIII, siendo posteriormente destruida durante la II Guerra Mundial. En 1966 ya restaurada, se convirtió en el Museo Judío de Bosnia-Herzegovina.
Puente Latino
Sin duda es el puente más famoso de Sarajevo. El original se construyó en el siglo XVI siguiendo el ejemplo de los otros dos puentes de madera, el del Emperador y el Skenderija. El nombre de Puente Latino hace referencia a que en ese barrio de la orilla derecha del río vivía la población católica de Sarajevo.
Posteriormente se substituyó por el actual puente de piedra que nada tendría de especial si no fuera porqué un acto que aquí sucedió en 1914 fue el detonante de la I Guerra Mundial. El heredero de la Corona Austrohúngara, el archiduque Francisco Fernando y su esposa fueron asesinados en el cruce de las calles Obala Kulina bana y Zelenih Beretki, justo delante del puente, cuando volvían del Ayuntamiento (actual Biblioteca). En el mismo punto del asesinato hay un museo que expone fotos y documentos relacionados con los hechos.
Cruzando el Puente Latino y Museo en el cruce de los hechos
Si cruzamos el Puente Latino merece la pena detenerse para observar la Careva džamija o mezquita del Emperador en la que destacan los balcones de madera pintados de color verde y las cúpulas del antiguo hamam. La parte central de la mezquita es la más antigua y data de 1565.
La Calle Ferhadija es una larga y amplia avenida comercial que enlaza el barrio otomano con la parte nueva. Al principio de la calle se encuentra la mezquita Ferhadije, pero la mayoría de edificios son de estilo europeo, de la época austro húngara, con alguna torre acabada en típica forma de cebolla y trabajadas decoraciones en las fachadas.
Se llega a la Plaza de la Catedral del Sagrado Corazón de Jesús, la catedral católica. En su fachada lateral se pueden ver varias marcas de metralla y una rosa de Sarajevo en el pavimento, nos recuerda que allí se perdieron vidas.
A pocos metros, en la gran Plaza Oslobodenja – Alija Izetbegović (oslobodenja, significa liberación y Alija Izetbegović fue el primer presidente de Bosnia Herzegovina) se levanta la Iglesia de la Natividad de la Virgen María, la catedral ortodoxa serbia, que no pudimos visitar porque estaba cerrada. Se construyó en 1868 con la colaboración del sultán Abdul Aziz que donó 500 ducados de oro.
Un grupo de hombres juegan al ajedrez en un gran tablero pintado en el suelo y nos llama la atención una placa del Ayuntamiento de Barcelona. Desconocíamos su significado pero buscando información supe que los lazos que unen Barcelona con Sarajevo fueron y son todavía fuertes. A los diez distritos de Barcelona se sumó a Sarajevo como el undécimo. Fue en 1992, coincidiendo con los JJOO de Barcelona, cuando la población se volcó para ayudar. No fue sólo una iniciativa del Ayuntamiento, gobernado entonces por Pascual Maragall, sino que muchas familias se implicaron en diferentes proyectos como acogida de refugiados, envío de material escolar, etc. Tras la guerra, Barcelona fue una de las ciudades que más ayudó en la reconstrucción de Sarajevo y sigue cooperando tanto a nivel institucional como a través de diferentes ONG's.
Seguimos caminando y encontramos la Art Gallery, museo donde se exhibe una sobrecogedora exposición fotográfica de la matanza de Sebrenica, cuando se han conmemorado 20 años de aquellos hechos.
Gradska Tržnica:
Es un pequeño mercado y todavía funciona como tal. En febrero de 1994, en este edificio hubo un atentado contra civiles en el que perdieron la vida más de 60 personas y más de 200 quedaron heridas.
Llama eterna:
Muy cerca del mercado, justo en el punto donde la calle Ferhadije se une a la avenida Maršala Tito. Es un monumento dedicado a la memoria de los soldados caídos en la II Guerra Mundial. Las escenas de las paredes muestran la gran Yugoslavia que luchó contra los nazis y que permaneció unida hasta la muerte de Tito en 1980.
Acabamos cenando en un restaurante de una de las calles más animadas de
Baščaršija
Reconstruir Sarajevo ha costado miles de millones de dólares. Aproximadamente un 80% de los monumentos dañados ya se han reconstruido, la mayoría gracias a las aportaciones económicas de países árabes como Arabia Saudí, Qatar o Turquía y con fondos de la Unión Europea.Sin embargo, las heridas de su gente no podrán cicatrizar jamás.