Revista Cultura y Ocio

Saramago nos deja las palabras

Por Arelar
SARAMAGO NOS DEJA LAS PALABRAS
¿Cómo no agradecer, a Saramago, los buenos ratos que hemos vivido recreándonos en sus palabras? ¿Cómo no bendecir la utopía que siempre reivindicó?. Se que hay miles de homenajes en la red, pero yo quiero sumarme a ellos y nada mejor que el testimonio de su obra, de la que dejo algún fragmento. Su sentido ético y estético permanecerá en el tiempo a través de su creación literaria...es la suerte de los grandes creadores que van dejando una estela a su paso y, aunque ya no estén, nunca nos abandonan.
La balsa de piedra
"La noticia de que la península se precipita a la velocidad de dos kilómetros por hora en dirección a las Azores, fue aprovechada por el gobierno portugués para presentar la dimisión, apoyándose en la evidente gravedad de la coyuntura y en el inminente peligro colectivo, lo que permite pensar que los gobiernos sólo son capaces y eficaces en los momentos en que no hay razones que exijan su eficacia y capacidad."
El hombre duplicado
" Ni el propio Tertuliano Máximo Alfonso sabría decir si el sueño volvió a abrirle los misericordiosos brazos después de la revelación tremebunda que fue para él la existencia, tal vez en la misma ciudad, de un hombre que, a juzgar por la cara y por la figura en general, es su vivo retrato.
"Después de comparar demoradamente la fotografía de hace cinco años con la imagen en primer plano del recepcionista, después de no haber encontrado ninguna diferencia entre ésta y aquélla, por mínima que fuese, al menos una levísima arruga que uno tuviese y al otro le faltara, Tertuliano Máximo Alfonso se dejó caer en el sofá, no en el sillón, donde no habría espacio suficiente para amparar el desmoronamiento moral de su cuerpo, y allí con la cabeza entre las manos, los nervios exhaustos, el estómago en ansias, se esforzó por organizar los pensamientos, desenredándolos del caos de emociones acumuladas desde el momento en que la memoria, velando sin que él lo sospechase tras la cortina corrida de los ojos, lo despertara sobresaltado de su primer y único sueño.
(…) El alma humana es una caja de donde siempre puede saltar un payaso haciéndonos mofas y sacándonos la lengua, pero hay ocasiones en que ese mismo payaso se limita a mirarnos por encima del borde de la caja, y si ve que, por accidente, estamos procediendo según lo que es justo y honesto, asiente aprobadoramente con la cabeza y desaparece pensando que todavía no somos un caso perdido. "
Caín"Cuando el señor, también conocido como dios, se dio cuenta de que a adán y eva, perfectos en todo lo que se mostraba a la vista, no les salía ni una palabra de la boca ni emitían un simple sonido, por primario que fuera, no tuvo otro remedio que irritarse consigo mismo, ya que no había nadie más en el jardín del edén a quien responsabilizar de la gravísima falta, mientras que los otros animales, producto todos ellos, así como los dos humanos, del hágase divino, unos a través de mugidos y rugidos, otros con gruñidos, graznidos, silbos y cacareos, disfrutaban ya de voz propia. En un acceso de ira, sorprendente en quien todo lo podría solucionar con otro rápido fíat, corrió hacia la pareja y, a uno y luego al otro, sin contemplaciones, sin medias tintas, les metió la lengua garganta adentro." A Flor Mais Grande Do Mundo Animación de un libro infantil de José Saramago

Alzado del suelo
"Los hombres crecen, crecen las mujeres, crece todo en ellos, el cuerpo y el espacio de la necesidad, crece el estómago para quedarse a la medida del hambre, el sexo a la medida del deseo, y los senos de Gracinda Maltiempo son dos ondas del mar y dos remansos, pero esto es sólo el lirismo de costumbre, el cantar de amor y de amigo, que la fuerza de los brazos de ella y la fuerza de los brazos de él, estamos hablando de Manuel Espada, que no hubo aquí inconstancia de sentimientos, sino más bien mucha firmeza requerida o despreciada por el latifundio, que, en definitiva, no resulta tan grande la diferencia entre hombre y mujer, a no ser en el jornal."Memorial do convento

Cuadernos de Lanzarote
"Sobre la memoria: "La memoria es un espejo viejo, con fracturas en el estaño y sombras detenidas: hay una nube sobre la cabeza, un borrón en el lugar de la boca, el vacío donde los ojos debían estar. Cambiamos de posición, ladeamos la cabeza, buscamos por medio de yuxtaposiciones o por movimientos laterales sucesivos de los puntos de vista, recomponer una imagen que sea posible reconocer como todavía nuestra, encadenable como ésta que hoy tenemos, casi ya de ayer. La memoria es también una estatua de arcilla. El viento pasa y le arranca, poco a poco, partículas, granos, cristales. La lluvia ablanda las facciones, hace decaer los miembros, reduce el cuello. Cada minuto lo que era dejó de ser, y de la estatua no estaría más que un bulto informe, una pasta primaria, si también cada minuto no fuésemos restaurando, de memoria, la memoria."Palabras para una ciudad Tiempos hubo en que Lisboa no tenía ese nombre. La llamaban Olisipo cuando llegaron los romanos, Olissibona cuando la tomaron los moros, aunque acabó siendo Aschbouna, tal vez porque no supieran pronunciar la bárbara palabra. Cuando, en 1147, después de un cerco de tres meses, los moros fueron vencidos, el nombre de la ciudad no cambió de una hora para otra: si aquel que iba a ser nuestro primer rey le mandó una carta a la familia anunciando la gesta, escribiría con toda probabilidad en el encabezamiento Aschbouna, 24 de octubre, o Olissibona, pero nunca Lisboa. ¿Cuándo comenzó Lisboa a ser Lisboa de hecho y de derecho? Por lo menos tuvieron que pasar algunos años antes de que naciera el nuevo nombre, así como para que los conquistadores gallegos comenzaran a ser portugueses..."El año de la muerte de Ricardo ReisAnimado por el aire frío, confortado por la bufanda y por la ausencia de gente en la calle, Ricardo Reis subió a ver el río, los montes de la otra orilla, tan bajos vistos desde aquí, la esfera del sol sobre las aguas, apareciendo y dresapareciendo con el correr de las nubes bajas. Fue a dar la vuelta a la estatua, a ver quién era el autor, cuándo la habían hecho, el año está allí, mil novecientos veintisiete, Ricardo Reis tiene tendencia a encontrar siempre simetrías en las irregularidades del mundo, ocho años después de mi partida para el exilio colocaron aquí a Adamastor, al cabo de ocho años de estar aquí Adamastor, vuelvo yo a la patria, oh patria, me ha llamado la voz de los egregios antepasados, entonces aparecen los viejos en la calle, bien afeitados, la piel crispada por las arrugas y el alumbre, llevan el paraguas al brazo, zamarras desabrochadas, sin corbata pero con el cuello severamente abotonado, no por ser domingo, día de respeto, sino por una dignidad vestimentaria compatible incluso con el andrajo."
El viaje de Saramago
«Ni el arte ni la literatura tienen que darnos lecciones de moral. Somos nosotros los que tenemos que salvarnos, y sólo es posible con una postura ciudadana ética, aunque pueda sonar a antiguo y anacrónico.» SARAMAGO

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