Revista Deportes
Si bien la reacción general a la última carrera de Sasha Banks como un talón ha sido mixta, sin duda es divertido verla en este papel después de tantos años de que The Boss sea una cara de bebé.
Uno de los aspectos más destacados obvios ha sido su enemistad con Becky Lynch el año pasado cuando las dos pelearon por el Campeonato Femenino RAW.
Podría decirse que el pináculo de esa disputa tuvo lugar en Hell in a Cell, cuando los dos fueron a la guerra en uno de los mejores partidos de sus respectivas carreras.
Banks tiene razón en estar orgullosa de ese partido, porque a pesar de que no logró la victoria, ciertamente se ganó el respeto del Universo WWE, como si ya no lo tuviera.
La esperanza es que Sasha pueda ascender a la cima de la montaña y convertirse en campeona una vez más este año, y muchos se preguntan si eso sucederá o no en WrestleMania 36.
Si lo hace, seguramente iniciará la tan esperada disputa de singles entre Banks y Bayley.