Publicación: Salamanca: Celya, 2007
Edición: 1ª ed.
Descripción física: 49 p.; 20 cm.
ISBN: 978-84-96482-43-2
CDU: 821.134.214"19"
Signatura: P GON sat
Precio: 9 euros en la editorial Celya
Este libro lo he leído hace no mucho (precisamente fue con el que estrené el año lector) porque me lo regaló una antigua compañera del instituto que además es la autora del mismo. No soy demasiado aficionada a leer poesía, y de hecho hacía siglos que no leía nada; pero uno de los mejores regalos que me pueden hacer es un libro, así que me pareció la ocasión perfecta para volver al mundo de los poemas. Teniendo en cuenta que, como en este caso, la persona que me lo regala es además su autora, y que me escribió en el libro una de las dedicatorias más bonitas que me han escrito nunca, ¿qué más se puede pedir?.
Alicia nació en Madrid y desde que coincidimos siendo estudiantes tuve claro que acabaría dedicándose a algo que tuviera que ver con la escritura; finalmente estudió Periodismo, aunque en realidad siempre se le dio bien escribir, y no sólo en plan periodístico. Ha trabajado en la radio, en gabinetes de prensa, en recitales poéticos y en revistas de los más diversos temas; también colabora habitualmente con la revista Leer, y además ha publicado dos cuentos antes de este poemario. Entre otras cosas ganó el premio Manuel Azaña de Periodismo en 2005 y, con Satisfacciones de esclavo, el premio internacional de poesía León Felipe en 2006.
Para que os hagáis más o menos una idea de lo que trata este libro de poemas, creo que nada mejor que poner aquí uno de los párrafos que aparecen en la introducción:
La lectura de este poemario nos arrastra con su antropofagia amorosa, nos succiona con su lenguaje transitivo, pues irradia turbulencias íntimas que, al adoptar la desnudez de una representación, nos hace partícipes de lo que en este poema unitario sucede... [...] Un poema que no termina, que funde final y principio en el mismo vértigo.
Ahí es nada... Y es que no resulta nada fácil, o por lo menos a mí me lo parece, escribir una reseña sobre un libro de poesía. Aunque también es verdad que algunas veces, en los prólogos, la gente que los escribe se va un poco por las ramas y se dedica a divagar; pero bueno, eso es lo que cuenta sobre el poemario un tal Javier Lostalé, que es quien se ha encargado de redactar esa introducción a los poemas.
En el caso de este libro se trata, más que de una historia, de una serie de reflexiones en torno al amor; pero en sus poemas, la autora ve el amor en realidad como una forma de esclavitud, una situación en la que una de las dos personas se ve sometida en cierto modo a la otra; y en el fondo, a la persona que está sometida le gusta, y de ahí que en el título se hable de satisfacciones, a pesar de la esclavitud. La verdad es que me resulta algo complicado de explicar... Además supongo que, como cualquier lectura, podría tener diversas interpretaciones; en estos tiempos que corren, sin ir más lejos, podríamos incluso pensar que esa forma de esclavitud hacia otra persona estaría hablando, por ejemplo, de algo como la "violencia de género" (no sé quién se la inventaría pero odio esa expresión con todas mis ganas) que desgraciadamente está tan en boca de todos hoy en día... Lo que está claro, o por lo menos yo he tenido esa sensación al leerlo, es que el poemario está escrito desde el punto de vista de una mujer, y no es sólo porque la autora lo sea.
Por otro lado, no tengo los conocimientos suficientes de métrica como para ponerme a analizar los versos en profundidad, pero a simple vista, al leerlos, sí puedo decir que se aprecia el hecho de que, a pesar de tratarse de poesía, estos versos son totalmente libres, ya que no tienen una regularidad en cuanto a su longitud; y su rima en la mayoría de los casos es asonante.
Aunque ya conocía de sobra la facilidad de Alicia para manejar el lenguaje a su antojo, y de utilizar palabras que en algunos casos yo ni conocía, una de las cosas que más me ha llamado la atención al leer este poemario ha sido precisamente la forma que tiene la autora de utilizar el lenguaje; el libro se lee más o menos rápido porque muchas de sus páginas contienen tan solo unos pocos versos y hay muchos espacios en blanco. Pero al mismo tiempo, te apetece leerlos una y otra vez para disfrutar con más calma de ellos; y de hecho, cuando le concedieron el premio León Felipe de poesía, el jurado manifestó que sobre todo habían valorado su léxico, además de su calidad literaria. Así que no soy yo sola la que piensa lo mismo.
Otra de las cosas que destacaría de estos poemas es que prácticamente en todo momento tendremos no sólo estas reflexiones sobre el amor, sino que éstas estarán adornadas con música; muy a menudo aparecen violines, contrabajos y chelos que acompañan a los poemas, como si la autora hubiera previsto para ellos su propia banda sonora.
Supongo que, dada mi relación con Alicia, me resulta difícil ser del todo objetiva al escribir sobre su libro. Pero la verdad es que, aunque como decía al principio, la poesía no es lo mío, me ha gustado que haya sido precisamente con ella con la que haya decidido retomar el mundo de los versos. Hasta ahora siempre había leído poesía "tradicional", por llamarla de alguna manera; de esa que podías analizar más o menos fácilmente porque te quedaba claro cuál era la longitud de los versos, si la rima era abba o aabb, y cosas así, que nos enseñaban en el colegio o en el instituto cuando empezábamos a estudiar literatura. En este caso, tendrás que limitarte a disfrutar de la lectura porque ya comentaba antes que los versos son totalmente libres y aquí no hay métrica que valga, por decirlo en plan campechano.
El libro ya decía que es bastante corto: los poemas empiezan en la página 23 y acaban en la 49, porque el resto lo ocupan la presentación, el prólogo y el colofón. Así que como veis es bastante breve; con lo cual, si os apetece disfrutar de unos poemas diferentes, seguro que Satisfacciones de esclavo os podrá gustar. Y si lo leéis y no os dice nada, seguro que las 26 páginas que ocupan los poemas no os harán quedaros con la sensación de que habéis perdido demasiado el tiempo...