Revista Cultura y Ocio

‘Sauvignon Blanc’ de Rosalía y su conexión con la mística de santa Teresa

Por Maria Jose Pérez González @BlogTeresa

‘Sauvignon Blanc’ de Rosalía y su conexión con la mística de santa Teresa

La intencionalidad artística como punto de partida

La conexión entre «Sauvignon Blanc» y santa Teresa de Jesús no es producto de la crítica interpretativa, sino una relación explícita y deliberadamente construida por Rosalía. En entrevistas, especialmente para The New York Times, la artista ha confirmado que la canción nace como homenaje directo a la santa abulense, inscribiéndose en el concepto de «feminismo místico» que articula todo el álbum LUX. Rosalía dedicó meses al estudio de textos religiosos y filosóficos escritos por mujeres —Teresa, Simone Weil, Hildegarda de Bingen— buscando entender cómo religión, belleza y música convergen en un espacio sagrado.

La elección del español como lengua de la canción, en un disco donde se alternan los idiomas, constituye, según sus propias palabras, un tributo directo a Teresa: «Si canto en español en Sauvignon Blanc es porque hay inspiración en Santa Teresa de Jesús. Y el hecho de que ella decidió despojarse de todo lo material… y buscar otro tipo de vida y otro camino».

La renuncia como estructura narrativa

El núcleo temático que vertebra «Sauvignon Blanc» conecta con algo que es clave en la vida de Teresa: el desasimiento de lo material como camino de transformación espiritual.  La letra funciona como una letanía de renuncias donde cada objeto descartado —el Rolls-Royce, las perlas, el caviar, los Jimmy Choo, la porcelana— representa un paso hacia una existencia más esencial. Estos no son simples menciones de marcas, sino actos simbólicos que rechazan los valores que representan: el estatus, el lujo, la vanidad, la superficialidad. El análisis identifica una estructura deliberada donde la canción se convierte en «una manifestación moderna del espíritu de pobreza y sencillez» teresiano.

Lo crucial es la sustitución: el «capital» material se reemplaza por el amor como capital espiritual. La frase «Tu amor será mi capital» resume esta transformación de valores, donde el amor se convierte en la única riqueza deseable. Este giro conceptual traduce al ámbito de las relaciones humanas el principio místico que veía en el amor divino la fuente de toda plenitud. El «futuro dorado» prometido no es prosperidad material, sino un estado de gracia permanente, el equivalente secular del paraíso místico. “Si te tengo a ti / no necesito nada más”. He aquí una reescritura de “Solo Dios basta” teresiano.

El lenguaje simbólico compartido: vino, luz y éxtasis

La conexión más sofisticada opera a través de un lenguaje simbólico denso. El vino, central en la canción, tiene en la tradición teresiana un significado preciso: Teresa utilizaba la metáfora del «vino divino» para describir la gracia que embriaga el alma en la unión mística, hablaba de «la bodega del vino» como espacio espiritual donde el alma alcanza plenitud extática. Rosalía reinterpreta este simbolismo: el Sauvignon Blanc se convierte en recipiente metafórico donde el pasado se hunde, permitiendo que el futuro sea ‘dorado’, en un brindis espiritual de esperanza y superación.

La luz, elemento central en LUX, opera con similar complejidad. El verso «Mi luz la prenderé / Con el Rolls-Royce que quemaré» propone una imagen potente: el fuego de la renuncia como mecha que enciende la luz interior. Esta «luz» es la nueva conciencia espiritual, la claridad de propósito que surge del desapego, paralela a la iluminación que Teresa describía en sus estados de oración.

El «futuro dorado» funciona como alusión contemporánea al éxtasis teresiano, ese estado de plenitud mística donde el alma se siente unida a lo trascendente. El color dorado evoca la luz divina, la eternidad y la perfección. Al prometer este futuro «a tu lado», la canción sugiere que el amor puede ser un vehículo de trascendencia, una vía secular hacia el estado de gracia.

La estructura del viaje interior

Más allá de los símbolos aislados, «Sauvignon Blanc» reproduce la arquitectura narrativa de las obras teresianas. El paralelismo que se puede establecer con El Castillo Interior es especialmente revelador: la canción puede leerse como versión moderna del viaje del alma a través de las moradas. El rechazo a los bienes materiales es la entrada en el castillo; la búsqueda del amor como capital espiritual, el avance hacia las moradas interiores; el «futuro dorado», la visión de la morada central donde tiene lugar el matrimonio espiritual, la bodega en la que el Esposo introduce a la esposa.

La frase «Ya no tengo miedo del pasado, está en el fondo de mi copa de Sauvignon Blanc» pudiera sugerir un momento de claridad paralelo a la «segunda conversión» teresiana, ese punto de inflexión donde el pasado se «hunde» para abrir camino a una nueva vida. La canción, como El Libro de la Vida, adopta un tono confesional, comparte una experiencia de transformación para testimoniar un camino espiritual.

Una reinterpretación posmoderna de la mística

Lo que hace singular este diálogo es su contemporaneidad. Rosalía no imita la mística teresiana sino que la reinterpreta, traduciéndola a un lenguaje y una sensibilidad actuales. La artista rescata una tradición espiritual femenina históricamente silenciada y la hace accesible a una audiencia que busca sentido en un mundo dominado por el materialismo. Teresa representa para ella «una figura artística revolucionaria», la combinación de espiritualidad profunda y valentía creativa, una mujer que utilizó su voz para explorar los misterios del alma.

«Sauvignon Blanc» se erige así como puente entre dos mujeres españolas separadas por siglos pero unidas en su deseo de encontrar la belleza y la verdad en la intersección entre lo sagrado y lo artístico.


Volver a la Portada de Logo Paperblog