Ayer pasé junto a este cartel, corriendo, con mi
hija, y la niña me frenó en seco al verlo:
-“¿Qué le pasa a esta niña, papi…? ¿Por qué
está triste…?”-
No quise mentir a mi hija; al explicarle que
muchos niños no tienen la suerte que tiene ella,
que sí tiene unos padres que pueden darle
de comer todos los días, la reacción de
mi hija fue querer darle un juguete, y
caramelos, para que se pusiera contenta.
A veces andamos como ciegos por la vida,
sin prestar atención a los pequeños detalles,
como este cartel. Es a través de los ojos de un
niño, que volvemos a apreciarlos. Gracias a mi
hija, lo he visto de VERDAD.
Y es que no quiero ser un padre que le diga
a su hija las cosas por decirlas; no quiero
romper mis promesas tan pronto. Así que aquí
está lo prometido, cariño… Juguetes y caramelos.
Mi hija tiene 2 años y 4 meses, por cierto…
Un padre
Y este es el resumen de lo que me pasó con mi Lechona ayer, entrando al metro. Cuando te salen con algo así… te desarman por completo. Pero hoy, con alevósica nocturnidad, he cumplido mi parte del trato para con la niña del cartel. Y es que como dice el eslogan de la campaña..: “QUE NO LO VEAS, NO SIGNIFICA QUE NO ESTÉ PASANDO.”
Qué curioso, que mi hija lo vio perfectamente.
Mañana la llevaré a verlo de nuevo. No sé qué quedará… (Al menos, hice foto).