Revista África
Unos vienen, otros van. Este fin de semana, Julia Cao sale para allí. Ha pedido permiso sin sueldo para compartir la suerte de los niños saharauis dos meses.Y sigue el flujo de voluntarios. En abril estarán allí el poeta Raúl Vacas y su compañera Isabel, para ir a les escuelas y sembrar poesía, y para hacer un taller de poesía por la tarde con los jóvenes. Y para recitar por las noches al lado del té. Estará también con ellos Pablo Gómez, un chico que estuvo allí a los once años y que no ha olvidado nunca. Ahora va con su guitarra para acudir a les escuelas y para trabajar la música por la tarde, con los jóvenes. Y muchos más. Gente como tú, que cree que no basta con indignarse con la suerte de los sin suerte, que hay que sembrar música y poesía, sueños, cultura, respeto, libertad.Desde Barcelona llegan también buenas noticias. Alguien se ha ocupado de que los niños de la madrasa Brahim puedan comer algo sustancial todas las mañanas. Hemos estado con ellos. Están débiles, tienen hambre. No el hambre que mata, por fortuna, pero sí la que debilita. Pero si encontráramos un colegio que se hermanara con la madrasa Brahim, qué alivio, qué puerta abierta a la educación en la solidaridad. Ahora lo lees, piensas en ese colegio... No lo pienses, hazlo: habla, pide, lucha por la educación en la solidaridad de nuestros hijos y los de allí. Te esperamos con los brazos abiertos.Nuestro sueño es que cada wilaya tenga una biblioteca-centro cultural, y un Bubisher para ir llevando libros a las dairas, a las madrasas. Para que todos, niños y jóvenes, tengan un lugar al que acudir. Estamos empezando, cada vez somos más. Pero tal vez nos haces falta tú.